
Suiza está siendo uno de los países europeos más castigados por el virus en esta segunda ola de la pandemia. Con un ratio de incidencia de la enfermedad de cerca de 500 contagiados por cada 100.000 habitantes, el país ha lanzado una advertencia en las últimas horas no exenta de polémica: no ingresar a los ancianos en las unidades de cuidados intensivos si se saturan por coronavirus.
Según asegura 'La Stampa', en este país "tendrán prioridad quienes tienen la posibilidad de recuperación", dejando atrás a los ancianos en las UCI. Así, si una Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) está a punto de saturarse, los ancianos mayores de 85 años y los de 75 con enfermedades crónicas podrían quedarse fuera.
La medida está dentro de un controvertido protocolo que aprobó el pasado 20 de marzo en el que se especifica los grupos de edad que se quedarían fuera en caso de un colapso en los hospitales: "Las personas con una edad superior a 85 años. Y lo mayores de 75 años con uno de los siguientes síntomas: cirrosis hepática, insuficiencia renal crónica estadio III, insuficiencia cardíaca clase NYHA mayor a 1 y supervivencia estimada menor a 24 meses".

"Cuando salió esta directiva, saltamos sobre la silla. Decidir a quién reanimar y a quién no, es duro, muy duro para cualquier médico. Pero este documento, que es público, es una garantía para los médicos y los propios pacientes que pueden no querer ser sometidos a más tratamientos. Así las reglas son claras", ha declarado Franco Denti, presidente del Colegio de médicos del Tesino.
De momento, la situación está bajo control, aunque si los casos siguieran incrementándose de manera exponencial, los ancianos podrían dejar de recibir tratamiento. En la actualidad, Suiza dispone de 22.301 camas UCI, de las cuales 6.353 están libres.
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