Sí, está claro que las toallas tienen una función higiénica, pero mal usadas pueden convertirse en un arma contra nuestra salud. Sí, porque aunque no lo crea, las últimas investigaciones desvelan cuáles son las bacterias que suelen esconderse al amparo de nuestra querida toalla. Y no, no son gratificantes: restos de piel muerta, materia fecal, orina se esconden en su toalla. Muchos de ellos saltan de inodoro a las toallas cuando estas están húmedas.
Después del tercer uso hay que lavarlas
¿Qué hacer para evitar que esas toallas nos contagien esas bacterias? Desde la Universidad de Nueva York aconsejan lavar la toalla después del tercer uso como mucho. El primer síntoma de que la toalla más que limpiar, ensucia es, claro, que desprende algo de olor, por mínimo que sea. Si no huele a suavizante, malo. Ojo también con las espinillas. Sí, sabemos que a escondidas a veces....Los elementos que la rodean la convierten en un foco de bacterias
¿Qué hace que las toallas aberguen vida microbiana? El agua, las temperaturas calientes, el oxígeno, un pH neutral ayudan. Como una toalla se utiliza para secar el cuerpo, los microbios que se sientan en la superficie de la piel se depositan en su superficie húmeda y cálida.
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que lainformacion.com restringirá la posibilidad de dejar comentarios