Tokyo Sexwale, el 'hombre nuevo' que estuvo con Mandela en Robben Island

  • Político, presentador de televisión, empresario de éxito y, sobre todo, un emblema contra el 'apartheid': el sudafricano Tokyo Sexwale, que fue compañero de prisión de Nelson Mandela, espera ser el 'hombre nuevo' que la FIFA necesita.

Nunca ha ocupado un cargo ejecutivo en la cúpula de la Federación Internacional de Fútbol y eso es para muchos su principal valor de cara a las elecciones presidenciales del viernes en Zúrich.

Sus principales experiencias en el deporte rey se refieren a su papel en el Comité organizador del Mundial de 2010 y su labor de dirección del Comité de Supervisión de la FIFA para Israel y Palestina.

Un pacificador en una época convulsa. Un desafío para un hombre de 62 años acostumbrado a resistir en situaciones límite.

Fue combatiente del Partido de Lucha contra el Apartheid del Congreso Nacional Africano (ANC) y a mediados de los años setenta siguió formación militar en la Unión Soviética.

Fue acusado de terrorismo y complot para derribar el gobierno de la época, lo que le costó una condena que le hizo ser trasladado en 1977 a la isla-prisión de Robben Island, donde compartió cautiverio con el mítico Nelson Mandela. Cumplió 13 años de los 18 de su condena, hasta su liberación en 1990.

En Robben Island, Sexwale tuvo que aprender a soportar el calor abrasador del verano y los vientos heladores del invierno, sin dejarse desmoralizar por una situación que parecía difícil de superar.

Como otros reclusos del lugar, el deporte fue una válvula de escape y participó en la gestión del club "Makana", de los prisioneros políticos de Robben Island. Un equipo que en 2007 se ganó el estatus de miembro honorífico de la propia FIFA.

"No teníamos balón, teníamos nuestros pies, pero no botas. Era fútbol de verdad. Cuando teníamos un balón, estaba desinflado y no nos dejaban hincharlo. Nos confiscaban hasta el silbato del árbitro", contó recientemente sobre aquella etapa, en la que hacían balones con bolas de calcetines.

Mandela explicó en su día que el fútbol era "la única alegría de los prisioneros" en Robben Island.

A principios de los años noventa, cuando las leyes del 'apartheid' iban siendo demolidas, Sexwale tuvo un papel importante para calmar los actos violentos que sacudían los suburbios de Johannesburgo.

En 1994, con el apoyo de Mandela, fue primer ministro de la provincia más rica del país, Gauteng, donde se encuentran Johannesburgo y Pretoria.

Desde entonces ha ido alternando política y negocios. Como empresario del sector de las minas y las comunicaciones, creó un imperio que le hizo ser uno de los hombres más ricos del país. Un hombre de éxito que incluso tuvo durante un tiempo un propio programa de televisión.

En 2009 retomó la policía y fue designado ministro de Vivienda, pero luego fracasó en el intento de ser el número 2 del ANC, perdió el Ministerio y pasó a un segundo plano.

En los últimos años, su labor en el Mundial-2010 y en trabajos contra el racismo le han hecho hacerse un nombre en actividades de la FIFA, pero sin ocupar hasta ahora una primera línea.

El fútbol no fue curiosamente el primer deporte que atrajo el interés de Mosima Gabriel Sexwale -su verdadero nombre-, ya que de niño era un apasionado del kárate y eso le hizo ganarse el apodo de "Tokyo", que le acompaña desde entonces.

Ironías del destino, el hombre que jugaba al fútbol dando patadas a bolas de calcetines en el patio de la prisión lucha por convertirse ahora en el hombre más poderoso de ese deporte.

dr/psr/iga

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