Tragedia del Alvia: el accidente que descarriló el ánimo

  • Cada cierto tiempo la desgracia sacude a Galicia, ya sea bajo la forma de catástrofe medioambiental, como la marea negra del Prestige en 2002, o drama humano, con las 79 muertes y los más de 150 heridos del accidente del Alvia Madrid-Ferrol el 24 de julio en Angrois, otra "zona cero".

Sandra Sánchez

Santiago de Compostela, 13 dic.- Cada cierto tiempo la desgracia sacude a Galicia, ya sea bajo la forma de catástrofe medioambiental, como la marea negra del Prestige en 2002, o drama humano, con las 79 muertes y los más de 150 heridos del accidente del Alvia Madrid-Ferrol el 24 de julio en Angrois, otra "zona cero".

A Javier Álvarez, policía nacional de la comisaría de Santiago, la tragedia vivida en este barrio compostelano, donde el impacto de un tren acabó con muchas vidas y partió a la mitad otras tantas, le hizo descarrilar el ánimo.

Él estaba en el turno de noche cuando sonó el teléfono con un mal augurio. Después, presenció un siniestro con toda su crudeza y decibelios: topetazo, servicios de emergencia, víctimas, gritos, llanto, muerte...

Le tocó asistir, por ejemplo, a una mujer a la que le faltaba un pie, y no se anda con paños calientes a la hora de describir lo que vio: "Desgarrador, cualquier cuadro era propio de una película de terror. No sabías a quién ayudar primero".

El maquinista, Francisco José Garzón Amo, poseedor de un expediente intachable, es en este momento el único imputado después de que la Audiencia Provincial de A Coruña exonerase a los miembros del consejo de administración del gestor ferroviario Adif y a los cinco técnicos responsables de la seguridad en la circulación.

El auto con el que el órgano de apelación levantó la imputación de estos cargos supuso que la instrucción judicial retornase al punto en el que se encontraba a los cuatro días del suceso, con el conductor, -que no redujo la velocidad del convoy-, acusado de homicidio imprudente.

No obstante, no se cierra la puerta a que se siga investigando para comprobar si en ese tramo, con una reducción drástica de velocidad de 200 a 80 kilómetros por hora, se necesitaban medidas adicionales de seguridad y así se determina por consenso técnico, puesto que en caso contrario tal apreciación es "prematura y carente de base suficiente".

El juez instructor Luis Aláez, que consagra sus días de forma concienzuda a este caso, ha seguido desde un inicio una línea de investigación que apuntaba a una causa múltiple y no únicamente al despiste de una persona que relevó a otro compañero en Ourense y perdió el control tras atender una llamada del interventor de a bordo, Antonio Martín Marugán.

José Sieiro, miembro de Protección Civil de Caldas (Pontevedra), pese a estar vinculado desde el curso de 1998 a la atención de emergencias, nunca había presenciado algo semejante a esa estampa, que "quemaba la retina".

Hubo, en su labor de auxilio, paradas necesarias porque de no detenerse al menos un instante "la adrenalina te tiraba al suelo y acababas siendo más un estorbo que una ayuda. Yo necesité sentarme un minuto a respirar en paz".

Esa pequeña pausa antes de volver a la ingrata faena, con una destreza y unos reflejos infalibles, quedó inmortalizada en una instantánea que dio la vuelta al mundo.

Las secuelas psíquicas se van superando poco a poco y con gran esfuerzo. Los vecinos de Angrois, los primeros en prestar socorro, han recibido infinidad de reconocimientos en diferentes puntos de la geografía española.

Algunos de los lesionados continúan hospitalizados y la asociación Plataforma Víctimas Alvia 04155 convocó el próximo día 17 una concentración de protesta en Madrid para reclamar una investigación parlamentaria con el propósito de que se depuren responsabilidades políticas.

Marta Besada, una adolescente ourensana, perdió en el accidente a su hermana mayor Carolina, 'Lila', a la que esperaba en la estación para ver los fuegos del Apóstol en Santiago, una tradición en la víspera del 25 de julio, Día de Galicia.

El calvario de esta niña pudo seguirse en las redes sociales, en las que estuvo arropada por miles de personas, desde el minuto uno, cuando escribió: "Acaba de descarrilar el tren en el que venía mi hermana".

La frenética búsqueda por Twitter acabó de la peor manera: "Y entonces... silencio. Descansa en paz, Lila". EFE

am/mlb

(Recursos de archivo en www.lafototeca.com. Código 6277773 y otros)

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