Tregua al atún rojo

  • La decisión internacional de reducir un 40% las capturas mundiales de esta especie amenazada intensifica el debate sobre la prohibición total de su pesca.
Sara Acosta

La explosión de la demanda de atún rojo en Japón y en Europa de los últimos años ha llevado la especie casi al colapso comercial. Según las estimaciones de la organización ecologista WWF España, los océanos ya sólo albergan entre el 10% y el 15% de las poblaciones originales de atún rojo, tan apreciado en los bares de sushi de medio mundo por su jugosa carne.

La presión del veredicto de los científicos, para quienes no hay duda de que, de no prohibirse su venta, la especie desaparecerá en la próxima década, ha elevado la tensión sobre su pesca y comercialización hasta la decisión de reducir las capturas mundiales un 40% en 2010, de 22.000 toneladas a 13.500. Los países miembros de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún del Atlántico (ICCAT), así lo establecieron en su última reunión celebrada en Recife (Brasil), el pasado mes de noviembre.

El paso ha activado la maquinaria diplomática para una posible prohibición total, y de paso la alarma de las pesquerías españolas, desde las que se exporta el 80% de atún rojo hacia los mercados de pescado de Japón, que sigue siendo el principal país consumidor mundial. La Comisión Europea, en principio favorable al veto de su comercialización, ha decidido retrasar su decisión por las diferencias internas. Sin embargo, la urgencia se ha instalado en Bruselas, que deberá definir su posición a finales de mes, de cara a la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES). En esa cita, que se celebrará en marzo en Doha, se decidirá la inclusión del atún rojo en su anexo 1 de especies amenazadas, lo que significaría la prohibición de facto de su comercialización.

Inquietud entre los pescadores españoles

En España, la reducción del 40% de las capturas en 2010 ha despertado la alarma de las pesquerías, sobre todo de las almadrabas de Andalucía. Los representantes de esta práctica milenaria, considerada la más sostenible, exigen al Gobierno el aumento de las cuotas de pesca actuales, que han descendido hasta las 660 toneladas. La supervivencia de las cuatro almadrabas que operan en Andalucía, Conil, Barbate, Zahara de los Atunes y Tarifa, exige entre 1.100 y 1.300 toneladas, según la Plataforma en Defensa de las Almadrabas.

Está previsto que el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, anuncie hoy las medidas que adoptará para garantizar la actividad. El Gobierno baraja la posibilidad de permitir el intercambio de cuotas entre distintas modalidades de pesca.

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