En una decisión que podría marcar un antes y un después en la jurisprudencia española sobre el sexting, el Tribunal Supremo ha sentenciado a un hombre a pagar una multa de 2.400 euros por enviar una sola imagen de contenido sexual sin consentimiento. Este fallo subraya la gravedad de compartir imágenes íntimas, incluso si se trata de un solo envío.
Los hechos que llevaron a la sentencia
El caso se remonta al 22 de abril de 2018 en Barcelona, cuando, tras una discusión en la residencia compartida con su pareja, el condenado envió a un amigo de la víctima una foto comprometedora que ella le había mandado exclusivamente a él. La imagen mostraba a la pareja del condenado en una postura íntima, una acción que fue considerada por el tribunal como una violación de la intimidad de la víctima.
Inicialmente, el Juzgado de lo Penal número 3 de Barcelona condenó al hombre por un delito de revelación de secretos, pero lo absolvió de los delitos de daños y hurto. La Audiencia de Barcelona, sin embargo, le absolvió del delito de revelación de secretos, argumentando que el envío de una sola imagen no cumplía con el tipo penal que usualmente se refiere a imágenes en plural.
Contrario a esta interpretación, el Tribunal Supremo, tras un recurso de la Fiscalía, determinó que la difusión de una sola imagen sí constituye un delito de revelación de secretos. Comparando con otros tipos penales donde acciones singulares (como la falsificación de un sello o la difusión de una dosis de droga) son suficientes para constituir un delito, el tribunal sostuvo que el envío de esta única imagen íntima, sin consentimiento y con el objetivo de dañar la intimidad, es punible.
La víctima del incidente ha recibido asistencia psicológica por un síndrome ansioso depresivo relacionado con los hechos, lo que refleja el impacto emocional y psicológico profundo que este tipo de acciones puede tener. Este fallo del Tribunal Supremo pone de manifiesto la importancia del consentimiento y la privacidad en la era digital. La decisión recalca que la difusión de imágenes íntimas sin permiso es una violación grave de la intimidad, independientemente de la cantidad de material compartido.
La sentencia destaca la necesidad de una mayor conciencia sobre el sexting y sus consecuencias legales. Este caso sirve como un recordatorio crucial sobre la importancia del respeto a la privacidad y el consentimiento en la comunicación digital, así como las serias repercusiones legales que pueden derivarse de acciones irresponsables o malintencionadas en este ámbito.
