Bercianos de Aliste (Zamora), 6 abr.- La amenaza de lluvia no ha impedido la celebración del Descendimiento y la posterior procesión del Santo Entierro de Bercianos de Aliste (Zamora), en la que la mayoría de los cofrades han vestido las túnicas blancas que les servirán de mortaja al recibir sepultura cuando mueran.
Pese al viento y el cielo encapotado, los vecinos de Bercianos de Aliste han cumplido hoy con la tradición de esta pequeña localidad de 150 habitantes próxima a Portugal, cuya Semana Santa ha estrenado este año la declaración de fiesta de interés turístico regional.
La procesión se ha iniciado en la iglesia de la localidad, donde el párroco, Luis Santamaría, ha dado lectura al sermón del Descendimiento y posteriormente el crucificado que preside la celebración religiosa se ha bajado de la cruz con ayuda de una escalera.
Gracias a los brazos articulados que tiene la talla de la cofradía del Santo Entierro de Bercianos de Aliste, el Cristo se ha colocado en una urna en la que ha sido trasladado hasta el cementerio de la localidad acompañado por una talla de la Virgen tapada con plásticos por si llovía.
Allí se ha efectuado un rezo antes de que el cortejo regresara al templo de partida.
En la procesión, los hermanos que se han quedado viudos y los nuevos cofrades han vestido una típica capa de pastor alistano con la que también se desfila en la procesión del Cristo del Amparo de la capital zamorana, mientras que el resto de cofrades ha llevado la mortaja blanca.
La tradición establece que en la petición de matrimonio la mujer regala a su futuro marido la túnica y medias blancas que vestirán en la procesión del Santo Entierro y con la que serán enterrados al morir. EFE
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