El papa visita a la pequeña comunidad católica de Bakú

El papa Francisco llegó este domingo a Azerbaiyán, al día siguiente de una visita a Georgia, en la última etapa de su periplo por el Cáucaso, donde abogó por la paz y la reconciliación ante la pequeña comunidad católica.

Poco después de llegar a Bakú desde Tiflis, el papa argentino dio misa en la iglesia de la Inmaculada Concepción, donde está instalado el centro salesiano, única comunidad católica de Azerbaiyán.

Los católicos de este pequeño país de población mayoritariamente musulmana, a orillas del mar Caspio, no serían más de 570 según el Vaticano, incluidos 200 nacionales, y su única parroquia sólo cuenta con siete curas.

Prácticamente la totalidad de esta comunidad estaba presente el domingo dentro y fuera de la iglesia para asistir a misa.

"Sois un pequeño rebaño precioso a ojos de Dios", dijo el Papa durante su homilía. "La iglesia entera, que siente por vosotros una simpatía especial, os mira y os anima", agregó.

No es la primera vez que el papa acude a países donde los católicos son minoría, arriesgándose a un recibimiento más bien frío. El viernes y el sábado, estuvo en Georgia, donde los católicos representan el 2,5% de la población, según el Vaticano. En Tiflis, tres cuartas partes del estadio en el que el papa ofició misa el sábado estaban vacíos.

"Se podría pensar que el papa pierde el tiempo" visitando a estas comunidades, se preguntó el domingo al terminar la misa. "Seguro que no", explicó, entre aplausos.

Jorge Bergoglio también acudió a Albania en 2014 y a Bosnia-Herzegovina en 2015, donde sólo hay un puñado de católicos. Preocupado por las "comunidades periféricas", como las llamó el domingo, el pontífice subraya en cada ocasión la necesaria convivencia entre las culturas y las religiones.

En Bakú, donde fue recibido por el presidente Ilham Aliev, elogió en un discurso el camino de tolerancia tomado, según él, por este país petrolero desde su independencia, hace 25 años.

Azerbaiyán acaba de reforzar por referéndum los poderes del presidente Aliev, que dirige desde hace 13 años el país con mano dura. Fue elegido por primera vez en 2003, tras la muerte de su padre, Heydar Aliev, quien había estado al frente del país desde 1993.

Azerbaiyán, subrayó el papa, es una "sociedad que reconoce los beneficios del multiculturalismo y de la complementariedad necesaria de culturas", donde las diferentes religiones "instauran relaciones de colaboración mutua y de respeto".

"Deseo vivamente que Azerbaiyán siga en el camino de la colaboración entre las diversas culturas y confesiones religiosas", agregó en un discurso pronunciado en el centro Heydar Aliev, una imponente obra de la arquitecta Zaha Hadid, recientemente fallecida.

En Bakú, última etapa de su corta estancia en el Cáucaso, tres meses después de haber visitado Armenia, el papa instó a los Estados de la región, frecuentemente enfrentados entre sí, a abrir "caminos originales que conduzcan a acuerdos duraderos y a la paz".

"Así, le ahorraremos a los pueblos graves sufrimientos y tormentos dolorosos, difíciles de curar", subrayó en su discurso ante el presidente azerbaiyano.

Armenia se disputa con Azerbaiyán desde hace décadas la región separatista de Nagorny Karabaj, poblada por una mayoría de armenios y escenario de intensos combates en abril.

Además, Jorge Bergoglio expresó su deseo de que esta región se convierta en "una puerta abierta hacia la paz y un ejemplo a seguir para resolver viejos y nuevos conflictos".

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