Emese Szasz perpetúa la tradición húngara en en la esgrima de Rio-2016

Emese Szasz, que tendrá pronto 34 años, se convirtió en campeona olímpica de espada el sábado en Rio, consolidando la tradición húngara en la esgrima, un país que ha dado a este deporte una de las mejores de su generación, Timea Nagy, oro en los Juegos de Sídney-2000 y Atenas-2004.

"He aprendido mucho a su lado, era una leyenda para mí y estoy más que orgullosa de sucederla. Ha sido muy enriquecedor entrenarme a su lado. Tomar el testigo de sus éxitos me hace sentirme muy orgullosa", explicó Szasz tras su triunfo.

La espada es un arma de paciencia y experiencia, como suelen demostrar los húngaros. En 2015, en el Mundial de Moscú, Geza Imre logró a los 40 años su primer título mundial.

Szasz lo ha imitado de alguna manera en Rio. En su carrera de una quincena de años, estuvo a menudo entre las mejores, pero nunca en lo alto del podio. En 2010, perdió la final del Mundial contra la francesa Maureen Nisima en París. Ese año, terminó simbólicamente en la primera plaza mundial.

En 2013, en su país, en Budapest, fue bronce en el Mundial, una medalla que ya había logrado en 2006 en Turín.

El sábado en Rio, logró al final el oro en un torneo importante, en una competición en la que no pasó apuros hasta la final.

En la lucha por el oro con la italiana Rosella Fiamingo, ganadora de los dos últimos títulos mundiales, iba cuatro toques por debajo (7-11).

Pero con la experiencia de la edad y de 15 años de carrera, logró empatar a 12, para después dar dos toques más y a continuación terminar con un doble tocado. Eso le sirvió para ganar la final por 15-13.

La medalla de bronce fue para la china Sun Yiwen al derrotar la francesa Lauren Rembi.

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