Sam Foltz and Mike Sadler murieron en un accidente de tráfico el pasado mes de julio. Su recuerdo ha permanecido vivo en la memoria de los suyos... y de su equipo de rugby. Así la temporada de football universitario de la NCAA comenzó en el Memorial Stadium de la universidad de Nebraska con un gesto que hizo derramar lágrimas a muchos.
El equipo de Sam Foltz salió al campo con uno menos al inicio del partido. Diez jugadores de Nebraska se colocaron en posición de punt, pero sin nadie para recoger el balón ni para patearlo.
Sus rivales, de Fresno State, se dieron cuenta de la situación y comenzaron a aplaudir.
El estadio rugió con la ovación y los muchachos de Nebraska apuntaron al cielo y rompieron a llorar. La jugada se saldó con una penalización por 'delay of game', pero el recuerdo de toda una comunidad quedó de manifiesto. El resultado era lo de menos, el recuerdo a un joven brillante y con futuro era más importante que cualquier punto.
Ya en las presentaciones de los equipos un sobrino del fallecido había saltado al campo encabezando al equipo con la camiseta número 27, que es la que Foltz lucía en los partidos. Esta vez, la emoción fue la que ganó el partido.
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