África Zamorano: "Todo el sacrificio de estos años ha valido la pena para ir a Río"

  • La catalana, una de las promesas de la natación española, irá a las Olimpiadas con solo 18 años. "A veces pienso 'estoy muerta y harta', pero no me imagino una vida sin nadar", afirma.

    "Tienes que sacrificar muchas cosas, incluida la vida social, pero ir a unos Juegos no se consigue todos los días", explica África en una entrevista a Lainformacion.com.

África Zamorano: "Todo el sacrificio de estos años ha valido la pena para ir a Río"
África Zamorano: "Todo el sacrificio de estos años ha valido la pena para ir a Río"
Diego Mariño

Desde que se dio sus primeros chapuzones con cinco años en la escuela de natación, su idilio con este deporte fue en aumento. Una medalla de bronce en el Europeo Júnior de 2013 la convenció para dedicarse profesionalmente, y a partir de ahí fueron cayendo récords nacionales (de 16 y 17 años), hasta conseguir clasificarse para las Olimpiadas de Río de Janeiro con tan solo 18 años. 

Se trata de África Zamorano Sanz (1998, Barcelona), y su camino ha sido duro, compaginando "como puede" el colegio, pero siempre con la convicción de "divertirse compitiendo". Una nadadora joven, muy joven, que domina casi todos las modalidades en el agua, con un futuro esperanzador que no ha hecho más que comenzar. África cuenta a Lainformacion.com cómo llegó hasta aquí, y cómo pretender afrontar los retos del futuro. 

¿Cómo comenzó tu pasión por la natación?

Mis padres me apuntaron a la escuela de natación cuando tenía cinco años y allí desde pequeña empecé a hacer cursillos y me gustó bastante. Fui a mi primer campeonato de Cataluña y comencé a ganar medallas y vi que se me daba bien. 

A partir de ahí, cada entrenador me hizo aprender cosas nuevas, y a medida que pasaba el tiempo fui mejorando.

¿En qué momento decidiste que te ibas a dedicar profesionalmente?

Cuando fui a mi primer campeonato internacional con 14 años y conseguí la tercera plaza. Fue el plus que necesitaba para decir 'este es mi objetivo'.

Imagino que habrás tenido una infancia diferente a la de tus amigos, que no se dedicaban al deporte de élite, ¿cómo lo has llevado?

Tienes que sacrificar muchas cosas y ha sido muy difícil. En el colegio vas muy apurada porque cuesta compaginar todo y es complicado organizarse. 

Además, también está la vida social. Cuando por ejemplo tus amigas quedan para tomar algo, igual tú no puedes porque tienes entrenamiento. 

Un ejemplo fue la primera vez que salieron de fiesta. Era un viernes y yo tenía entrenamiento al día siguiente y no pude ir. 

¿Qué te decían en esos momentos tus amigos?

Siempre me han apoyado. Me han dicho 'ya sabemos que es duro para ti, pero piensa en lo que estás consiguiendo. Te vas a unos Juegos Olímpicos y eso no lo puede decir todo el mundo'. 

Se puede salir más días de fiesta, pero ir a unos Juegos no se consigue todos los días.

¿Cómo es tu rutina para compaginar estudios y entrenamientos?

Entreno cinco horas y algo al día. Dos por la mañana y un poco más de dos horas por la tarde. Ahora con los estudios lo llevo muy mal. 

Este año hemos salido mucho por concentraciones y casi no he podido asistir al colegio. Estoy cursando segundo de bachillerato y tenemos profesores con nosotros. Decidí dividir el curso centrándome en cuatro asignaturas y estudiar el año que viene las que me quedan.

¿Qué significa para ti nadar?

Para mí lo es todo. Es mi vida, lo que me identifica. La gente dice, 'África, la nadadora'. Es muy importante para mí. 

¿Te imaginas una vida sin natación?

Muchas veces lo he pensado. A veces digo 'estoy muerta y me he hartado de nadar', pero luego pienso que no me imaginaría mi vida sin nadar. 

En 2014 bates el récord nacional de 16 años en 400 y 200 estilos, también en 100 y 200 braza... Parece que no tienes un punto débil en la natación...

No, la verdad es que se me dan bien todos los estilos, pero mi estilo fuerte es la espalda.

¿Qué sentiste cuando batiste ese récord nacional de 16 años?

No le daba mucha importancia (risas). Yo nadaba, me lo pasaba bien y si me salía la marca, pues perfecto. Cuando te vas haciendo más mayor le vas dan más importancia a los récords porque dices, 'ves, ahí me entrené al máximo' y obtuve la recompensa'. 

¿Crees que disfrutar es clave para ser deportista de élite?

Sí, sin ninguna duda pasárselo bien es fundamental. Hay que tener tiempo para todo, pero divertirte haciendo lo que te gusta es clave.

Has hecho historia desde muy pequeña... ¿Es la recompensa al duro trabajo diario?

Sí. Levantarte cada día a las 5 de la mañana y no parar hasta las 8 o 9, y llegar a casa y ponerte a hacer deberes, se justifica cuando en un campeonato las cosas te salen como has esperado. 

¿Hay mucha presión en esos campeonatos?

Sí. En el de España en el que obtuve la mínima para los Juegos Olímpicos, había muchísima presión. Entrabas a la piscina y se notaba la tensión. Todo el mundo iba allí para algo, y si no salía te pierdías los Juegos.

¿Cómo vives esos instantes psicológicamente?

A mí no me preocupa mucho. Lo controlo bien y mi entrenador también me ayuda para prepararme mentalmente. 

Los nervios y la presión te pueden perjudicar a la hora de tirarte al agua. Todo el mundo te mira y te dice cosas y hay que saber enfrentar esa situación.

Conseguiste varias medallas de oro a nivel internacional, pero ¿en qué momento nace el objetivo de clasificarse para las Olimpiadas?

Entrenaba para conseguir el máximo, pero no era mi principal objetivo. Mi meta era bajar mi tiempo, y si lo bajaba había une pequeña oportunidad para ir a Río. 

Entreno con Jesica Vall (clasificada para los Juegos también), y ella sí que estaba más motivada de cara a Río. Eso me dio un subidón y pensé, '¿por qué no?'.

Este años llegan los campeonatos de España y en 200 espalda superas a Duane Rocha, te proclamas campeona y consigues la mínima para Río... ¿qué fue lo primero que pensaste cuando te diste cuenta de que estabas en las Olimpiadas?

Un sueño hecho realidad, eso fue lo primero que se me vino a la cabeza. No podía pensar en nada más en que me iba a los Juegos Olímpicos. Nunca me lo hubiera imaginado. Allí fue un momento en el que pensé, 'todos estos años de sacrificio han valido la pena'.

¿Con quién lo celebraste en un primer momento?

La primera que abracé fue una periodista (risas) que es de mi club. Después llegó Jessica Vall para abrazarme y las dos estábamos muy emocionadas, porque ella también consiguió la clasificación ese día. 

Luego ya vino mi entrenador y nos abrazamos, lloramos...

Habrás recibido multitud de felicitaciones de amigos y familiares, pero ¿cuál fue la más especial?

No sé, de todo el mundo. Incluso gente que hacía años que no hablaba con ella me envió un mensaje de felicidades. Me sentí muy agradecida con todos. 

¿Qué podemos esperar de África Zamorano en Río?

Buscaré bajar mi marca del Open de Sabadell e intentar clasificarme para una semifinal.

¿Asustan tantos focos y tantas cámaras con 18 años?

No. Voy a ir a Río a ganar más experiencia y me prepararé al cien por cien para Tokio. Esa es una competición a la que le tengo muchas ganas. 

¿Cuál es tu receta para seguir triunfando en el mundo de la natación?

Reírme mucho nadando y disfrutar al máximo, pero sufriendo al mismo tiempo. 

¿Qué piensas cuando dicen que eres una de las grandes promesas de la natación española?

No le hago mucho caso. Siempre se dicen cosas que se esperan de una persona y por la presión te puedes venir abajo. Yo no hago mucho caso. Es mi vida, yo no quiero ser la segunda Mireia Belmonte, sino África Zamorano.

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