Como si de un parte de guerra se tratase, la visita a La Rosaleda en la Copa del Rey dejó dos víctimas en el Real Madrid. La de Sami Khedira, lesionado tras un encontronazo con Sergio Sánchez, duele por lo impredecible, pero fue aún peor la expulsión infantil de Álvaro Arbeloa, con el marcador a favor y la eliminatoria encarrilada.
Nacho Monreal percutió por la banda del defensa salmantino y, fruto de su exasperación, el navarro recibió un codazo que alejaba a Arbeloa del primer Clásico del año. Pieza importante en los esquemas de Mourinho, con el entrenador portugués creció en su segunda temporada en el Real Madrid y fue un jugador fundamental en la conquista de la Copa del Rey, especialmente por su marcaje al límite del reglamento sobre David Villa en la final.
29 años cumple Arbeloa este martes de enero, un mes que no ha arrancado bien para el internacional español. Unos problemas musculares mermaron su rendimiento ante el Málaga en el encuentro de ida de los octavos de la Copa. Y tanto en aquel partido como en la última jornada de Liga ante el Mallorca, fue uno de los sacrificados por su entrenador para remontar en ambas ocasiones.
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