El Real Madrid iba ganando fácil en Holanda, en el Amsterdam Arena. Mourinho, visto la facilidad para llevarse los tres puntos, se puso a pensar en cómo conseguir “otras” victorias. El técnico portugués comenzó su particular show con Dudek, que se acercó a Casillas para decirle algo. Después fue el arquero el que habló con Sergio Ramos.
La orden era sencilla: que el central andaluz y Xabi Alonso forzasen su expulsión (ambos ya tenían una amarilla). Mourinho veía así la posibilidad de que los dos futbolistas descansasen en la última jornada ante el Auxerre y llegasen “limpios” a octavos de final. Pero el luso no sabía las consecuencias futuras de esas imágenes que dieron la vuelta por todas las televisiones.
Se pudo ver perfectamente como el tolosarra y Ramos perdían tiempo mientras Luis Suárez, delantero del Ajax, protestaba al colegiado. Xabi Alonso tardó más de lo normal en botar una falta en el mediocampo. El central del Real Madrid decidió sacar de puerta en lugar de Casillas y vio también la segunda amarilla. Después, se marchaba tranquilamente dando la mano al árbitro.
A la UEFA no le gustó nada de nada el show que se montó sobre el césped del Amsterdam Arena. El organismo europeo decidió cambiar la norma y sancionar con dos partidos a cualquier jugador que provocase una tarjeta amarilla. Y ahora, con un Mou al que después le caerían 5 partidos por unas declaraciones postpartido, se intuye que el choque de Holanda tendrá menos historia.
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