Anecdotario de la última jornada de Liga

El próximo fin de semana, la Liga echará el telón hasta finales del mes de agosto, cuando empiece la nueva temporada. Como siempre cuando llega la última jornada, salen a la palestra las primas a terceros, las radios, la picaresca... Hay mucho en juego en sólo 90 minutos.

Maletines y primas a terceros

Estas ideas vienen a la cabeza, irremediablemente, cuando se habla de la última jornada del campeonato de Liga. Son como las meigas, haberlas, haylas. Equipos que no se juegan nada de repente se dejan la vida en el campo por arte de magia, o quizá maletín repleto de euros. También puede ser debido a honestidad profesional, pero la gente prefiere pensar mal. La prensa, también.

De hecho, y a pesar del secretismo que rodea a estas primas a terceros, son conocidos los casos de diversos equipos que han cobrado un sobresueldo en forma de maletín por ganar a otro rival. El pagador suele ser otro club que no ha hecho los deberes y está con el agua al cuello a falta de 90 minutos para el final de la temporada. Se contacta con algún jugador del otro equipo y se espera a que éste atraiga a la causa a sus compañeros.

Si hay circulación de maletines, este año el principal beneficiado podría ser el Levante, ya salvado, que juega contra el Zaragoza, equipo que ocupa la última plaza que te envía al infierno de la Segunda división. El triunfo del equipo valenciano salvaría automáticamente a los otros equipos implicados en la lucha por eludir el descenso. Getafe, Real Sociedad, Deportivo, Osasuna y Mallorca.

Puntualidad en los partidos

Para evitar la picaresca, todos los partidos con equipos que se juegan algo se disputan a la misma hora desde hace muchas temporadas. Es un intento de evitar que haya equipos que 'pacten' un resultado, normalmente un empate, porque ese resultado beneficia a ambos a la vista de otros marcadores. Al ser todos a la vez, se dificulta, que no impide, eso.

Los árbitros acuden a esta jornada con los relojes sincronizados para que todos los encuentros empiecen a la misma hora, para lo cual a veces tienen que jugar contra la picaresca de los clubes y los aficionados. Empezar un poco más tarde puede ser vital a la hora de jugar con el resultado. Por eso, hay clubes que recurren a estratagemas como problemas en el riego (aspersores que saltan y hay que parar), problemas en el inflado de los balones… En cuanto a los hinchas, no sería la primera vez que se lanza una liebre u otro animal al campo.

Los transistores

Conocer lo que pasa en los otros campos es esencial y en todos los banquillos con equipos implicados en alguna lucha habrá aparatos de radio. El delgado del campo, alguno de los suplentes… Sólo hay que fijarse un poco para pillar a los oyentes. Los aparatos cada vez son más pequeños, pero las reacciones de los futbolistas ante los goles en otros estadios son fáciles de captar. Alegría, palmadas, abrazos, caras largas, lágrimas... Reacciones diversas a la información que llega a través de las ondas.

Videomarcadores sin resultados

En esta última jornada, está prohibido dar los resultados de los otros partidos en el videomarcador electrónico. Una medida encaminada a evitar que los equipos sepan lo que se cuece en otros campos, pero que es inútil por lo visto en el punto anterior. No obstante, el sonido característico de algunos marcadores avisando de goles en otras ciudades no se escuchará esta vez.

Empates cantados

Acertar una quiniela es más fácil en la última jornada. Si a los dos contendientes les vale un empate para lograr sus objetivos (jugar en Europa, evitar el descenso, etc), no es nada extraño que el partido acabe en tablas, a veces incluso sin disparos peligrosos entre los tres palos. Todos los años se dice que se va a prestar atención a este punto, pero evitarlo es prácticamente imposible. En estos casos los maletines son innecesarios porque los dos equipos prefieren aferrarse a aquello de "aquí paz y después gloria".