Arthur Friedenreich, el delantero de otra época que marcó más goles que Pelé

    • Aunque la FIFA no le reconoce todos los goles que supuestamente marcó, este delantero brasileño es, para muchos, el máximo goleador de la historia del fútbol.
    • Es uno de los tres futbolistas sudamericanos que tiene un promedio de más de un gol por partido, algo que le resultó un poco más fácil si la leyenda de que no falló nunca un penalti es cierta.
Arthur Friedenreich en una imagen de archivo
Arthur Friedenreich en una imagen de archivo

Uno de los grandes debates sin solución del fútbol plantea la cuestión de quién fue el mejor delantero de todos los tiempos. La lista de candidatos a tan preciado honor es bastante amplia, aunque para la mayoría de expertos y aficionados al deporte rey hay uno que, al menos, se encuentra entre los tres primeros. Es 'O Rei', Pelé, el hombre de los 1.284 goles (gol arriba o abajo según la fuente). El brasileño ha sido considerado como el máximo goleador de siempre, sin embargo esta afirmación puede quedar obsoleta si se analizan bien los registros históricos.

Si se desempolvan todos los libros y anotaciones sobre goleadores de todos los tiempos, hay un delantero que destaca muy por encima de todos, el de ArthurFriedenreich, un auténtico desconocido al que varios estadistas señalan como el futbolista que más goles ha anotado en la historia del deporte. Se calcula que pudo anotar unos 1.329 goles en 1.239 encuentros, logrando así una hazaña increíble: promediar más de un gol por partido, algo que sólo dos jugadores de Sudamérica han logrado: Bernabé Ferreyra y Valeriano López.

Ni siquiera la FIFA y la IFFHS (Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol) se ponen de acuerdo a la hora de reconocerle el número de partidos y de goles. Pese a ello, a juzgar por las crónicas de la época, las imágenes y los datos que se conservan, lo que parece claro es que fue el delantero por excelencia de principios del siglo pasado.En la calle crea un estilo

Y eso que su carrera no fue nada fácil. A diferencia del resto de futbolistas del campeonato paulista, que pertenecían a la clase noble de la sociedad, él provenía del humilde barrio de Bexiga, donde desde pequeño destacó por sus virguerías con el un balón remendado a mano con trapos. En la calle aprendió a controlar el balón, a regatear en situaciones imposibles y a chutar a puerta con un porcentaje de acierto muy elevado. Allí, junto a sus amigos de siempre, empezó a crear lo que más tarde se acabaría convirtiendo en el 'Jogo bonito' tan típicamente brasileño.

Cuando llegó a jugar con los profesionales su juego seguía siendo el mismo que cuando jugaba en la calle, una mezcla perfecta entre habilidad, creatividad y pragmatismo. Las dos primeras cualidades las utilizaba para sortear a los rivales con regates bonitos, atractivos, que hacían el deleite de los aficionados, mientras que su mentalidad ganadora le permitían convertir esas florituras en acciones peligrosas o, incluso, goles.

Triunfó en el campeonato paulista, donde fue al menos tres veces pichichi. También destacó en la selección brasileña, con la que consiguió los dos primeros Campeonatos Sudamericanos de su país. Ya fuera con su club -pasó por siete equipos antes de retirarse a los 43 años- o en el combinado nacional, raro era el partido en el que no anotaba un gol.La leyenda

Tal fue su grandeza que, con el paso de los años y con la imaginación de los difusores de la leyenda a través del boca a boca, se forjaron historias más bien poco creíbles pero con un toque épico digno de mención. Así, por ejemplo, se dice queFriedenreich jamás falló un penalti. Otra anécdota sucedió en un partido en el que el rival mantuvo su portería a cero durante toda la primera parte. Un aficionado le ofreció una cantidad de dinero por cada gol que anotase en el segundo tiempo.Friedenreich marcó tres antes de que el espectador y el equipo contrario clamasen peidad. Como buen goleador, se olvidó de los suplicios y acabó haciendo uno más y firmando otro 'hat-four'.

Su resistencia física era otra razón por la que destacaba, algo que le valió el mote de 'Tigre', especialmente después de que le hiciera el gol de oro a Uruguay en un Campeonato Sudamericano en un partido que duró tres horas. L´Equipe, por su parte, le apodó 'Rey de Reyes' después de una gira que hizo por Europa con su equipo y en la que demostró su olfato goleador.Su lucha contra el color

Pero su lucha más importante no la ganó dentro del campo, si no fuera de él. Su tercer sobrenombre se lo ganó por su aspecto físico: "el mulato de ojos verdes". La esclavitud se abolió en Brasil en 1891, un año antes de que una lavandera negra hija de esclavos diera a luz a uno de los mejores goleadores de siempre, fruto de la unión con un inmigrante alemán de nombre Oscar.

La segregación racial aún era un hecho en Brasil, algo que no le facilitó la vida. De hecho, cuando logró llegar al máximo nivel futbolístico,Friedenreich se peinaba el pelo con gomina hacia atrás como habían los blancos para no desentonar tanto. Incluso hubo unos años en los que se le prohibió formar parte de la selección brasileña, por culpa de una normativa impuesta por el presidente Epitacio Pessoa que impedía a los futbolistas de color representar al país.

Con todo y con ello,Friedenreich logró ser aclamado por todo Brasil. Rompió las cadenas de las desigualdades raciales a base de goles y puso en evidencia a base de creatividad, plasticidad y eficiencia a todos aquellos que creían en la supremacía de la raza blanca. La única lástima es que su gesta nunca podrá ser evaluada cuantitativamente por culpa de los defectuosos sistemas de registro de la época. Eso sí, su legado en forma de 'Jogo Bonito' y de igualdad social permanecerán para siempre.

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