Cazorla, Isco, Joaquín y Rondón. Un póquer de ases con los que el Málaga se presentó en el Vicente Calderón consciente de lo que había en juego, ya que una victoria les daba la Champions. Enfrente, un equipo más pendiente de lo que se jugará el miércoles en Bucarest que en lo poco que queda de Liga. La temporada del Atlético será buena si gana la Europa League. Contra el Málaga no se iban a dejar la piel.
Y eso que Simeone no especuló con la alineación. Sacó todo lo que tenía, menos el sancionado Gabi y el tocado Arda Turan, al que dejó en el banquillo esperando su oportunidad. El resto fue el presumible equipo titular contra el Athletic en la final continental.
Pero el Málaga no tardó en irse a por el partido. En menos de siete minutos había tenido un mano a mano de Isco que salvó Courtois y un disparo desde lejos de Joaquín que también detuvo el meta rojiblanco. El dominio blanquiazul era aplastante y el Atlético solo se acercó en una parábola de Falcao que se marchó a córner.
Joaquín era un puñal, pero el peso del partido recaía en dos futbolistas como la copa de un pino: Isco y Cazorla. Tras unos minutos de relax, los de Pellegrini volvieron a la carga: Rondón remató alto de cabeza por poco un centro medido de Joaquín y después falló, a puerta vacía, tras un pase de Isco que que había dado en el árbitro. El gol estaba a punto de llegar.
El campeón del mundo lo intentó de falta directa pero tuvo que ser Eliseu el que inaugurar el marcador con un zapatazo espectacular desde 30 metros que se coló por la escuadra de Courtois, justo un minuto después de que Falcao hubiera fallado el gol más fácil de la temporada sin portero tras una contra de Adrián. El Málaga recibía el premio más merecido.
Paso atrás andaluz y adelante rojiblanco
El Málaga saltó al segundo tiempo con cuerpo de equipo pequeño que está dando la sorpresa en el campo del favorito. El paso atrás de los de Pellegrini se combinó con el paso adelante del Atlético. La derrota dejaba fuera de Europa a los rojiblancos y Diego se hizo cargo de la situación. Comenzó a repartir balones a izquierda y derecha y el peligro comenzó a ronda la portería de Kameni.
Tanto fue el cántaro a la fuente (si no de ocasiones claras, sí de dominio local) que Koke igualaba el partido mediado el segundo periodo. El Málaga no reaccionó y el Calderón llevó en volandas a sus jugadores a por el segundo tanto. No fue difícil. El balón rondaba los dominios malacitanos y en una de ellas aparecería tarde o temprano la calidad de la dupla delantera de los rojiblancos.
No fue Falcao, pero sí Adrián. El asturiano volvió a llamar a la puerta de la selección al encontrarse un balón despejado por su defensa que se comió Demichelis y que le permitió encarar a Kameni. No falló y el Atlético, con la mitad de fútbol que el Málaga en el primer tiempo, había dado la vuelta al partido.
Lo intentó el Málaga hasta el final, pero el resultado ya no tenía vuelta atrás. Los andaluces tendrán que jugárselo todo a una carta en la última jornada… al igual que los rojiblancos, con la Europa League de por medio.
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