El póker de enfrentamientos entre Barcelona y Real Madrid al que hemos asistido ha sido una prueba de fuego para los corazones de los aficionados, las capacidades de futbolistas y entrenadores, e incluso para los propios medios de comunicación. Cuatro partidos que han acaparado horas y horas en radio y televisión, miles de páginas en medios escritos y digitales, y millones de discusiones sobre todo lo que los ha rodeado,…
Han sido tres semanas de pasión desbordada: los dos mejores equipos del mundo, que mantienen una rivalidad histórica más allá del plano futbolístico, se han enfrentando cuatro veces en tres competiciones diferentes. Lo nunca visto. Hasta los seguidores más apasionados han terminado desfondados. Pero hay que recobrar fuerzas: la próxima campaña puede haber el doble de clásicos.
Además de los choques ligueros, el hecho de que Real Madrid y Barcelona accedieran a la final de la Copa del Rey (y que también sea uno de ellos el que se adjudique la Liga), provoca la circunstancia de que tengan que disputar entre ellos la Supercopa de España, que es a doble partido, la ida en el Bernabéu y la vuelta en el Camp Nou. Ya son cuatro clásicos asegurados.
La posibilidad de "doblar la apuesta" vendría si los bombos de la Copa y de la Champions son caprichosos y deparan un enfrentamiento entre merengues y azulgranas antes de sus respectivas finales. Serían un par de duelos más por competición, para un total de ocho. Y lo que es mejor (o peor, según cada uno), esto implicaría dieciséis ruedas de prensa de Mourinho y Guardiola, unos actos que casi han cogido tanta relevancia como los propios partidos. Una pesadilla o un sueño, según se mire.
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