Beitia salda cuentas con Chicherova ocho años después

  • Ruth Beitia, capitana del equipo español en los Mundiales de Moscú, saldó hoy, compartiendo bronce con ella, una cuenta que tenía pendiente con Anna Chicherova desde los Europeos en sala de Madrid 2005, cuando la rusa le privó de la medalla de oro en el último salto.

José Antonio Diego

Moscú, 17 ago.- Ruth Beitia, capitana del equipo español en los Mundiales de Moscú, saldó hoy, compartiendo bronce con ella, una cuenta que tenía pendiente con Anna Chicherova desde los Europeos en sala de Madrid 2005, cuando la rusa le privó de la medalla de oro en el último salto.

La medalla de bronce de la atleta cántabra es la segunda en alta competición desde que resolvió regresar a los entrenamientos después de haber anunciado su retirada el pasado año, en el que aprobó su asignatura pendiente -la medalla al aire libre- con el título europeo y luego fue cuarta en los Juegos de Londres.

"¡Qué regalazo! Después de la vuelta, dos medallas. Estoy feliz, feliz, feliz", afirmó, exultante, la atleta cántabra. "Y encima hoy estaba mi entrenador (Ramón Torralbo), a quien pertenece el 50 por ciento de la medalla. Llevamos 23 años juntos", recordó.

Beitia puso un broche de bronce a la temporada de propina que regaló al atletismo español, compartiendo el tercer peldaño del podio con una de las mejores saltadoras de altura de la historia, la rusa Anna Chicherova, campeona olímpica y mundial.

Sólo dos atletas, la estadounidense Brigetta Barrett y la rusa Svetlana Shkolina, pudieron con los dos metros y se jugaron el título en 2,03, en un pulso decantado a favor de la heroína local.

La de Ruth Beitia es la segunda medalla española en los Mundiales de Moscú, después de la conseguida el domingo pasado, igualmente de bronce, en 20 kilómetros marcha por el murciano Miguel Ángel López.

En un concurso de altura con trece finalistas, diez atacaron el listón en 1,97 y sólo seis consiguieron superarlo. El inmaculado concurso de Beitia y Chicherova hasta ese punto les reportó la medalla de bronce. Shkolina, llevada en volandas por el público, batió su récord personal con 2,03 y se llevó de premio la medalla de oro. Barrett derribó en sus tres intentos.

Beitia participaba por cuarta vez en la final de unos campeonatos del mundo, con 34 años. Debutó en unos Mundiales en París 2003 con el undécimo puesto y una marca de 1,90. Dos años después, en Helsinki 2005, cayó en la calificación con 1,88; regresó a la final en Osaka 2007, donde fue sexta con 1,97, y obtuvo su mejor resultado hasta ahora en Berlín 2009, quinta con 1,99.

En Daegu 2011 saltó 1,92 y no se clasificó pero, curiosamente, formó parte del relevo 4x100 español, en sustitución de la lesionada Belén Recio.

Reconoce que el nivel mundial de la prueba ha bajado en los últimos tiempos. "Los tiempos en los que se juntaban cinco o seis por encima de 2,05 ya han pasado. En cambio, yo siempre he estado en mis mismas marcas, siempre en el cogollo, y ahora estoy aprovechando todas las oportunidades que tengo. Ha merecido la pena seguir".

En 5.000 metros, la valenciana Dolores Checa se clasificó décima con un tiempo de 15:30.42 en una carrera ganada por la gran favorita, la etíope Meseret Defar, en 14:50.19.

La campeona de España buscaba un puesto de finalista (8 primeras) con 30 años después de haber sido madre dos veces. Salió delante, sin complejos ante las africanas, pero no se metió en el corte y al final pagó un poco el trabajo que había prestado, tirando a siete vueltas del final.

En el maratón, disputado a las horas de más calor en Moscú (15.30), el segoviano Javier Guerra, campeón de España, dosificó bien sus fuerzas y, en una carrera en progresión, terminó decimoquinto con 2h14:33, "muy satisfecho con su actuación" y con planes de "intentar conseguir una medalla el año que viene en el Europeo de Zúrich".

Bien al contrario, Ayad Lamdassem recorrió más de media carrera con el grupo de los mejores y terminó pagándolo con la retirada.

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