Carlos Moyá, el mentor y amigo al que Rafa Nadal destronó con 16 años

Hay veces que el destino se empeña en tejer el futuro de dos personas de manera muy similar y muy cercana. Es el caso de Carlos Moyá y Rafa Nadal. Ambos salieron de Palma de Mallorca para deslumbrar al mundo con una raqueta en la mano, especialmente sobre la tierra batida. Ahora la Copa Davis vuelve a unirles: el primero será el capitán del equipo, mientras que el segundo volverá a ser el gran baluarte de un conjunto llamado a ganar la sexta Ensaladera.

Corría el año 1998. Final de Roland Garros. Francia empieza a agachar la cabeza ante la supremacía en el polvo de ladrillo de los tenistas españoles. Carlos Moyá y Álex Corretja salen a la pista de la Philippe Chatrier para disputar la final. Gana el primero, en tres sets (6-3, 7-5 y 6-3). Será su único título en la capital francesa. Al año siguiente, en marzo, se encarama durante dos semanas al primer puesto del ránking de la ATP. Es número uno del mundo.

Apenas siete años más tarde del éxito de Moyá en París, llega un joven Rafa Nadal a la finalísima. Por primera vez en su corta vida -apenas 19 años y dos días- se encuentra a un paso de levantar un torneo de Grand Slam. Lo logra tras tres horas y veinticuatro minutos de intensa pelea ante el argentino Mariano Puerta, al que vence en cuatro mangas (6-7(6), 6-3, 6-1 y 7-5). Tres años y medio más tarde el manacorí sube al trono del tenis, al número uno del mundo. Así completa el recorrido de su mentor y amigo Moyá, al que no tarda en superar en palmarés e importancia.Un adolescente contra un campeón

Empero, el discípulo pasó por encima del maestro mucho antes. En concreto en 2003. El cinco de mayo de aquel año, en Hamburgo. El cuadro del torneo alemán empareja a dos palmesanos y amigos: a Carlos y a Rafa. Tal era su relación que casi formaban parte el uno de la familia del otro.

Aquel encuentro lo ganó Rafa, en lo que fue la primera llamada de atención para el mundo. El ciclón de Manacor llegaba a la ATP. Aquella victoria alegró sobremanera a Nadal y a su tío; pero entristeció mucho a Isabel -más habitualmente llamada 'Bel'-, la abuela de Rafa.

En una entrevista concedida a 'El partido de las doce', de la Cadena Cope, la abuela de Rafa reconoce que cuando le llamó Toni Nadal se entristeció. Sus primeras palabras fueron: "Lo siento muchísimo, ¿cómo ha podido hacer esto?". 'Bel' explica que "Moyá siempre se portó muy con él (Rafa) y que jugó mucho" junto a su nieto. "Casi sentí que le ganara", sentencia la abuela.

Seguro que hoy Isabel estará contenta por un doble motivo: la elección de Carlos Moyá como nuevo capitán de la Davis y el hecho de que el tenis vuelva a unirle a su nieto. A partir del próximo uno de enero, y siemre que Carlos lo convoque y Rafa acepte, volverán a compartir pista. Eso sí, esta vez a Moyá le tocará 'jugar' desde el banco. Rafa seguirá sostiendo la raqueta y golpeando la pelota, algo que hace mejor que nadie desde hace diez años.