Carvalho, el inesperado goleador

Nada más llegar al Real Madrid, una de las peticiones de José Mourinho fue el fichaje de un defensa para reforzar la zaga blanca. El culebrón por el brasileño Maicon, lateral derecho del Inter de Milán, no llegó a buen puerto; tampoco el del serbio Kolarov (Lazio), que acabaría fichando por el Manchester City. Tras esos fracasos en los despachos, el técnico portugués sorprendió con su siguiente petición: Carvalho.

El Real Madrid, que contaba (y cuenta) en sus filas con varios centrales (Pepe, Albiol, Garay, también Ramos puede jugar ahí), acabó cediendo a los deseos del portugués de poder contar con su compatriota. El fichaje era mucho más barato, 8 millones de euros, que las anteriores peticiones, y ayudaba a contentar al entrenador.

Carvalho, un central de 32 años, llegó del Chelsea con una dilatada carrera a sus espaldas y con la confianza total del técnico, que lo tuvo a sus órdenes en el club inglés y también anteriormente en el Oporto. Mourinho veía en su compatriota  al mariscal de la zaga y al complemento de Pepe.

Sin embargo, Carvalho empezó a ganarse al madridismoen una faceta inesperada: el gol. Después del empate a cero de Mallorca, el equipo blanco se estrellaba contra Osasuna en el Bernabéu hasta que Carvalho remató un balón muerto tras una galopada de Özil y un remate de Cristiano Ronaldo repelido por el portero. Tres puntos para su equipo.

No iba a ser el único tanto del central portugués, que ocho jornadas después, en el derbi liguero contra el Atlético, abrió el marcador. Su acierto goleador llevó a Mourinho a compararle con Benzema, que siendo delantero llevaba un tanto menos a esas alturas de temporada. Una forma como otra cualquiera de pedir un nueve en el mercado de invierno (Mou fue muy imaginativo en ese sentido), que al final también llegaría: Adebayor.

Máximo goleador entre los defensas

Al marcar en el minuto 40 al Levante (siempre marca en el Bernabéu), se convirtió en el único defensa del campeonato doméstico que suma tres dianas. Algo inesperado porque nunca ha sido un futbolista que marcase muchos goles, y que se une a la buena campaña que está realizando el defensa. Junto a Pepe y Albiol ha enterrado el debate de los centrales en el Real Madrid.

La prueba de fuego de Carvalho comienza ahora en los octavos de final de la Champions ante el Olympique de Lyon, reciente bestia negra del Real Madrid. Es en esta competición donde se le va a exigir más, pero no goles sino trabajo defensivo. En Europa se va a comprobar si su fichaje ha sido un éxito o no, aunque en estos momentos pocos dudan de que este defensa está siendo rentable.