Barcelona, 19 feb.- El portero catalán del Espanyol, Kiko Casilla, se ha consolidado como el portero titular con el nuevo entrenador del club catalán, Javier Aguirre, y también como una de las piezas claves de la dinámica positiva de la entidad, que ha pasado del descenso a estar a seis puntos de los puestos europeos.
El meta tarraconense, de 26 años, llegó al once inicial contra el Real Madrid (2-2), el pasado 16 de diciembre, tras una complicada lesión del hispano-argentino Cristian Álvarez. Dos meses después, Casilla se ha consagrado como uno de los baluartes del técnico bajo palos, firmando grandes actuaciones y despejando cualquier duda.
En este tiempo, el actual portero del Espanyol ha demostrado una gran seguridad en el mano a mano, buena disposición táctica y, sobre todo, autoridad y elegancia en el juego aéreo (mide 1,92 metros) y en el balón parado. De hecho, Cristian Álvarez, capitán, es ahora suplente y todo apunta a que la jerarquía no volverá a cambiar.
La defensa agradece el buen momento de su meta, que ha logrado dejar la portería a cero en cinco ocasiones con Aguirre: Deportivo, Celta, Zaragoza, Athletic y Betis. El único punto negro, como el de todo el equipo, fue la contundente derrota en el Camp Nou ante el Barcelona (4-0). Pero esto no minó en absoluto la moral de Casilla.
El catalán ha pasado de estar en un segundo plano a ser un habitual en los medios, algo que asume con naturalidad y prudencia. Sabe que no es intocable. Pero no ha sido un camino plácido. Kiko, formado en la cantera del Madrid, firmó por el filial blanquiazul y debutó en Primera división en la temporada 07-08, sin mucho éxito.
Los nervios y la inexperiencia le pasaron factura al meta tarraconense. La dirección deportiva apostó por cederle dos veces. Primero al Cádiz (08-10) y después al Cartagena (10-11). Ahí dispuso de minutos, enterró las dudas y volvió al Espanyol cambiado. Era otro. Con Javier Aguirre ha dado su salto profesional definitivo.
De hecho, los responsables del área deportiva estudian renovar a Kiko Casilla al final de temporada. El portero tiene contrato hasta 2015 y el club confía plenamente en él. Por su parte, el capitán Cristian Álvarez acaba su vínculo este junio, aunque las posturas para su continuidad parecen, a día de hoy, mucho más distantes.
La relación entre ambos metas es positiva, tanto a nivel profesional como personal. Pese a ser una posición complicada, los dos afrontan la competencia por la titularidad de forma sana, incluso se ayudan a corregir errores durante los entrenamientos. De todos modos, convencer a Javier Aguirre es su gran prioridad.
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