El Bayer ha ganado diez de los últimos once partidos que ha jugado en el Allianz Arena. Su estadio es el escenario de la final de esta edición de la Champions, y el club bávaro ha apostado fuerte para disputarla. Ha conformado un equipo muy potente, con muchas variantes ofensivas y gran solidez defensiva, y se ha alzado como el gran rival del Barcelona y el Real Madrid por el título de mejor conjunto de Europa.
Dos minutos tardó Ribery en abrir el marcador. Kroos, otra de las perlas alemanas que tiene el Bayern en su plantilla, dibujo un gran pase para el francés, que superó con clase a Diego López. Era el preludio de lo que se le venía encima al ‘Submarino amarillo’, un bombardeo del que iba a salir "hundido".
Fueron varias las ocasiones de las que dispusieron, malogradas o evitadas por el guardameta español, pero Mario Gómez no perdona. Es el jugador más en forma del Bayern, el goleador que finaliza y en el que finaliza el juego de su equipo… Su buen momento lo demuestra acciones como el segundo gol, en el que estuvo rápido de piernas y de mente para ir a recoger el rechace que provocó el tiro de Tymoshchuk.
El equipo de Garrido recortó distancias con el gol de De Guzmán tras el descanso, pero fue un espejismo. Ribery volvió a aparecer para dejar las cosas claras y evitar sustos. De nuevo, una conexión con Kroos, y la defensa del Villarreal que se vio incapaz de taponarla.
El internacional francés firmó la quinta derrota en cinco partidos del equipo castellonense, un bagaje con el que se despide de la Champions y de Europa, lo que no parece una mala solución para dedicarse sólo a la Liga y a la Copa con una plantilla muy afectada por las lesiones.
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