Ciclismo al rojo vivo: los finales más apretados en las grandes vueltas

  • A cuatro etapas para el final de la Vuelta a España, Juanjo Cobo y Christopher Froome luchan por cada segundo para ganar la general. Repasa algunas de las victorias más ajustadas de la historia del ciclismo en las grandes vueltas por etapas.
Laurent Fignon, Greg LeMond y Pedro Delgado, en el podio final del Tour de Francia 1989
Laurent Fignon, Greg LeMond y Pedro Delgado, en el podio final del Tour de Francia 1989
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José Martínez

Cada segundo cuenta, cada bonificación suma. Incluso tras 3.000 kilómetros en la carretera. Alberto Fernández lo sabe bien. Por unos exiguos seis segundo perdió la Vuelta de 1984 ante el desconocido Éric Caritoux, con el que había llegado a un “pacto de caballeros” que acabó por sentenciar sus opciones.

La Vuelta a España busca finales apretados, ése es el objetivo de Unipublic y el año pasado se consiguió con el duelo entre Nibali y Mosquera en La Bola del Mundo. El italiano salvó el jersey rojo de líder por 41 segundos; días más tarde, el ciclista gallego daba positivo en un control. Aún espera una solución a su enmarañado caso.

El regreso al País Vasco de la carrera española rescata del recuerdo el sinsabor de Jesús Loroño, que en 1956 perdió ante el italiano Angelo Conterno por 13 segundos. En aquella época, la Vuelta finalizaba en Bilbao, pero el bravo corredor vasco no pudo brindársela a sus paisanos.

Contador sale airoso en los finales reñidos

Alberto Contador conoce de primera mano lo que es sufrir para ganar no ya un Tour, sino dos. El primero, en 2007, dejó el podio más ajustado de la historia de la ronda francesa (23 segundos con Cadel Evans, 31 con Levi Leipheimer), tras una contrarreloj final de infarto. El año pasado, el Tour del célebre incidente de Andy Schleck con la cadena de su bici y del infausto positivo del pinteño se resolvió por 39 segundos favorables al español.

En el recuerdo sobresale una imagen, la del desaparecido Laurent Fignon llorando en los Campos Elíseos. Salió de amarillo en la contrarreloj final de Versalles y llegó a París desolado ante el poderío de Greg LeMond, que con su revolucionario manillar de triatleta y la tecnología de su parte había dado la vuelta a lo imposible. Ganó el Tour de 1989 por ocho segundos. Final épico para una carrera que se inició con el despiste de Pedro Delgado en el prólogo de Luxemburgo.

Italia también ha vivido finales apasionantes, aunque del más apretado ha pasado más de medio siglo. En 1948, Fiorenzo Magni ganaba la etapa final y conseguía el primero de sus tres Giros con solo 11 segundos de ventaja sobre Ezio Cecchi, después de más de 4.000 kilómetros de carrera. 

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