Cincuenta años después, Maradona ya no es un enano

No estará en Nápoles, pero allíhabrá miles de aficionados festejando su cumpleaños por él. LaHacienda italiana sigue pidiendo más de 35 millones de euros a Diego ArmandoMaradona de su época de futbolista en el Calcio, uno de los muchosborrones negros que salpican la vida del que es más que un mito deldeporte.Le dieron por muerto, pero no se sabesi porque tiene siete vidas o porque mala hierba nunca muere,Maradona siempre ha vuelto al mundo de los vivos. Drogas, escándalosmatrimoniales, fracasos como entrenador... pero un 'd10s' de lapelota. 'El Pelusa' sigue siendo parte importante del corazón de laArgentina.El diario alemán Stern recuerda estesábado la figura de uno de los cinco grandes de la historia delbalón y lo hace con una versión sobre sus comienzos que pocosconocen. Tenía 10 años y vivía en Villa Fiorito, una barriada másque humilde de Buenos Aires. Sus dotes futbolísticas encandilaban acuantos tenían la fortuna de verle... pero no había llegado suhora.Goyo Carrizo y Francis Cornejo, dosmíticos cazatalentos argentinos, hablaban tras una prueba en la quehabían visto a un montón de niños. "No son malos, pero el que esrealmente bueno no ha venido", aseguraba Cornejo, hoy fallecido."¿Quién es y por qué no ha venido?", le espetó Carrizo. "Nosé su nombre, sólo que le llaman 'Pelusa', y no está aquí porqueno tiene dinero para pagarse el autobús". Carrizo se sacó diezpesos del bolsillo... y Maradona llegó al día siguiente.Junto a Carrizo y Cornejo vio aMaradona Rodolfo Fernández, técnico de Argentinos Juniors. Los tresentrenadores no se creían la exhibición del niño de diez años ylo que era capaz de hacer con la pelota. Aunque el Pelusa, en subiografía 'Yo soy Diego', reconoce que Cornejo no creyó en el'porque era un enano', pero Rodolfo Fernández ya estaba encandiladocon él. El resto de la historia de Diego Armando Maradona ya laconoce el mundo entero.