Coma recupera su corona y Sainz pierde la suya en un Dakar durísimo y 'español'

El Dakar de Argentina y Chile debía una a Marc Coma. En 2009, el piloto de Avia recibió una sanción durísima, de seis horas, por un cambio ilegal del neumático trasero de su KTM. El español siempre negó ese hecho y lo extraño es que la organización le impuso esa penalización que le impedía enfrentarse a su gran rival, Cyrl Despres, en lugar de expulsarlo, que es lo que marca el reglamento.

En 2010, Coma cambió los neumáticos de la desgracia, Pirelli, por los Michelin que tan bien le iban al resto de participantes. A igualdad de elementos, demostró que es el mejor, y ni siquiera el cambio de las motos a 450 cc (imposición del Dakar para igualar a los participantes) iba a representar un obstáculo. Con una dilatada experiencia en el Dakar, prueba que había ganado en 2006 y 2009, el catalán corrió a su ritmo, que es muy alto, pero se centró en evitar cualquier despiste. Los errores se pagan muy caros en esta carrera que al principio se corría en África y ahora en Argentina y Chile sin merma alguna de la dificultad. Despres sí cometió esos errores.

En la cuarta jornada, recibió una penalización de 10 minutos por saltarse un punto de paso obligatorio. Más tarde, en la décima etapa, el francés acabó de perder el Dakar al regalar otros 10 minutos. Se equivocó varias veces en la navegación y acabó en el barro de un río tras sufrir una aparatosa caída. Coma administró perfectamente esa ventaja y ganó su tercer Dakar con 15:04 de ventaja sobre Despres y cuatro triunfos de etapa, lo que habla de su regularidad. Se adaptó a la KTM de 450 cc mejor que nadie, lo que demuestra que no sólo gana por la máquina sino porque es muy, muy bueno.

Al-Attiyah sucede a Sainz en el palmarés

En coches, Carlos Sainz aparecía como el gran favorito junto a su compañero del equipo Volkswagen, el qataría Nasser Al-Attiyah, y el francés Stephane Peterhansel (BMW). El madrileño había ganado la mítica prueba el año anterior, un título que añadir a sus dos Mundiales de rallies tras una larga carrera plagada de éxitos y percances. El último de esos percances fue en la edición de 2007, cuando se cayó por un barranco de 4 metros mal señalizado en el libro de ruta cuando estaba a punto de conquistar su primer Dakar. Un año después, se quitó esa dolorosa espina. En 2011, sin embargo, volvieron las averías y los accidentes.

Sainz empezó a lo grande este Dakar y pronto quedó la carrera en un duelo entre él y Al-Attiyah mientras Peterhansel y Giniel de Villiers (Volkswagen) perdían tiempo y opciones con el transcurso de los días. Sin embargo, en el temible desierto de Atacama se le complicaron las cosas al español. En la décima etapa, la misma que hundió a Despres, Sainz y su copiloto Lucas cruz sufrieron todos los avatares posibles y aún más. Se quedaron claados en una duna, erraron el camino varias veces, rompieron la caja de cambios y sufrieron un pinchazo.

¿Había acabado la mala suerte? No. Al día siguiente, Sainz rompió la suspensión y la dirección trasera de su Touareg y dijo adiós al título y al segundo puesto, que fue para De Villiers. Al-Attiyah, un príncipe qatarí dicharachero y también un poco polemista, como cuando activó en una etapa el sentinel para hacer que Sainz le dejara pasar por ir más rápido... en pleno desierto (podía pasarle por donde quisiera), logró su primera corona. Ya sólo le queda ser medallista olímpico en tiro, su otro sueño. De todas maneras, Carlos acabó la carrera con siete triunfos de etapa, una barbaridad. Es su mejor resultado en cuanto a victorias parciales y ya suma 24 en este rally. Ningún piloto de coches tiene tantas.

Gran actuación española en motos

Marc Coma se llevó los laureles, pero no fue el único español que brilló en el hemisferio sur. Entre las sorpresas hay que destacar dos. Joan Pedreró acudió a su primer Dakar con la misión de hacer de mochilero (piloto de apoyo) de Marc Coma, pero no sólo cumplió a la perfección con su cometido, sino que su regularidad le llevó a acabar la carrera en la quinta posición. Ni siquiera Marc Coma tuvo un debut tan bueno. Más bien al contrario. Sufrió un abandono.

La otra sopresa española la protagonizó Laia Sanz.Campeona del mundo de trialven 10 ocasiones, llegó al Dakar para aprender y vaya sí lo hizo. Sobre una Honda, llegó a casi 15 horas de Coma (14:54.18), pero en una magnífica trigésimo novena posición y, lo que es más importante, siendo la primera mujer en la clasificación. Para ello contó con la ayuda de un mochilero de lujo, el veterano Jordi Arcarons, maestro de Coma y de Nani Roma, que volvió a enfrentarse a las dunas después de muchos años dirigiendo un equipo. Y llegó en la cuadragésima primera posición.

Entre los 94 supervivientes en motos, hubo más españoles: José Manuel Pellicer, 19º; Gerard Farrés 28º; Miguel Puertas Herrera, 55º; José García Domínguez, 93º y el farolillo rojo, Jorge Gómez, 94º de los 186 pilotos que empezaron.

Sainz y poco más en coches

Sobre cuatro ruedas, los españoles no estuvieron tan finos. Después de Sainz, tercero, hay que remontarse hasta el puesto 50 para ver a José Nicolás González. Emilio Viudez le siguió en la clasificación. Nani Roma, que fue el primer español que ganó el Dakar en motos (único junto a Coma que lo ha conseguido) llegó a Buenos Aires en un equipo no oficial y lo notó. Tuvo que abandonar y sigue perseguido por la mala suerte cuando pilota un vehículo de cuatro ruedas.

En camiones, Pep Vila (Iveco) fue sexto a más de siete horas del ruso Chagin, que acumula títulos a los mandos de su Kamaz y ya suma siete.

Cambios en la reglamentación

En el Dakar 2011, los organizadores establecieron el uso de motocicletas de 450 cc para todos los pilotos.Además, y para potenciar la navegación, todos los vehículos debían acercarse a los puntos de paso a una distancia máxima de 800 metros para recibir la validación, cuando anteriormente podías pasar a tres kilómetros.

Todos los pilotos han coincidido en que este Dakar ha sido durísimo. Tan duro que una de las etapas posteriores al día de descanso, que iba de Arica a Antofagasta, fue acortada porque los participantes estaban literalmente molidos, sobre todo los pilotos privados o de equipos no oficiales, que apenas habían podido descansar por la dureza de las jornadas previas.

Luto en el Dakar

La muerte ha vuelto a estar presente en el rally más famoso. El conductor de una camioneta particular murió tras impactar su vehículo con el coche del argentino Eduardo Osvaldo Amor. Pocas son las ediciones en las que no ha fallecido un participante o un lugareño, sobre todo cuando la carrera transcurría por África. Incluso el creador de la prueba, Thierry Sabine, falleció en un accidente de helicóptero siguiendo la prueba.