Con Daijiro Kato en el recuerdo

Parece que el motociclismo nipón está gafado. Hoy se ha ido al cielo Shoya Tomizawa, piloto de Moto 2. Pero hace siete años le sucedió lo mismo, por desgracia, a su compatriota Daijiro Kato. Los dos con historias pararelas, con un futuro prometedor lleno de victorias y, posiblemente, de títulos mundiales.

Kato ya había demostrado que era un ganador. Así, en el 2001 se proclamó campeón del Mundo en la extinguida categoría de 250 cc. En su debut en Moto GP sucedió la tragedia. Tomizawa quería seguir su camino y, a sus 19 años, consiguió una victoria histórica en la primera carrera de Moto 2.

Lo de Kato también fue una fatalidad, como ha sido lo de Shoya. Era el comienzo del Mundial y Daijiro debutaba en un circuito que conocía como la palma de su mano, el de Suzuka, en su país. Pero ese 6 de abril de 2003 el motociclismo se tiñó de luto. Un brutal choque contra un muro a más de 200 kilómetros por hora le partió el casco en dos.

Sucedió al inicio de la carrera de Moto GP. Kato no murió en el momento pero casi. El tremendo golpe le dejó tetrapléjico y tras permanecer trece días en coma acabó falleciendo víctima de un paro cardíaco. Una promesa que vio truncada una prometedora carrera con tan solo 27 años.

El "74", número con el que corría, siempre estará en la mente de los aficionados. Como su sonrisa, como la de Shoya. Sete Gibernau, su compañero, le dedicó la victoria con los brazos hacia el cielo. Todo Japón, y el mundo del motociclismo, lloró por Daijiro.