Cristiano no tenía chispa de otros partidos, se le notaba con menos desborde que de costumbre tras una dura jornada internacional para él, pero enterró su divorcio con el gol anotando un penalti en la segunda parte. Ya suma nueve tantos en liga.
Es curioso como cambian las situaciones tras los parones de selecciones. Tras el partido con el Granada, Cristiano Ronaldo decía que estaba triste y se marchaba a una concentración con Portugal. Entonces marcó con su seleccion y enterró en esa concentración las penas que arrastraba en el Real Madrid. Ahora ha ocurrido justo lo contrario.
Portugal se jugaba mucho en el doble enfrentamiento internacional contra Rusia e Irlanda del Norte y Cristiano no fue el jugador decisivo que su país le demanda. La prensa y la afición le atizaron por no echarse el equipo a la espalda y justificar el Balón de Oro que pide. Pero en el Real Madrid encontró consuelo esta vez.
Pese a estar más lento de como él suele, siempre buscó la verticalidad y llevó peligro. En el minuto 68 encontró su panacea favorita, volvía a marcar, aunque fuese de penalti y lo celebró con la alegría que no encuentra con la "selecção".
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