De las sustancias prohibidas a la autotransfusión

  • Los deportistas que quieren mejorar su rendimiento de forma irregular tienen varias opciones: tomar diferentes tipos de anabolizantes, hormonas y estimulantes, o bien optar por las autotransfusiones de sangre, que les hacen más resistentes al cansacio.
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Cuando se trata de aguantar sobre la pista o la carretera, la clave está en el rendimiento del sistema de transporte de oxígeno del organismo. Por eso se recurre aldopingsanguíneo, un método especialmente indicado para los deportes de resistencia.

Hay una forma natural de incrementar esa capacidad de transportar oxígeno: entrenarse en zonas de mayor altitud respecto al lugar donde luego se celebrará la prueba. La menor presión de oxígeno en altura estimula la producción de glóbulos rojos del organismo.

Pero hay otra forma, totalmente prohibida por la legislación antidopaje, que consiste en extraer cierta cantidad de sangre del deportista para volver a inyectársela en el momento de la competición. Muchas veces, la extracción se hace después de haber realizado los mencionados entrenamientos en altura.

Cuando al atleta le inyectan su propia sangre, aumenta su volumen sanguíneo y, con ello, el grado de oxigenación, lo que le hace ser más resistente al cansancio.

Este caso es diferente de la simple ingestión o inyección de sustancias prohibidas, que figuran en una lista que se va actualizando año a año, en función de los nuevos métodos aparecidos en el mercado y, sobre todo, del desarrollo de pruebas capaces de detectarlas. La relación incluye, entre otras muchas, esteroides anabolizantes, hormonas, insulina, diuréticos, estimulantes, analgésicos narcóticos o el cannabis.

Los casos más sonados

En la famosa Operación Puerto que se desarrolló en 2006, la red liderada por Eufemiano Fuentes -también relacionado con la nueva Operación Galgo- ofrecía a sus clientes hormonas (incluyendo EPO, testosterona y otros anabolizantes), medicamentos y transfusiones sanguíneas. La mayor parte de los usuarios eran ciclistas, entre los que destacan Jan Ullrich, Ivan Basso o el español Alejandro Valverde. La lista de posibles clientes es, en realidad mucho mayor y en ella figuran también futbolistas, atletas y tenistas. Hasta el momento no se ha podido identificar a muchos de ellos.

En agosto de 2009, la Guardia Civil desarrolló la segunda gran redada contra el dopaje, la Operación Grial, contra una red liderada por el doctor Walter Virú. Este médico peruano ofrecía hormonas (como la EPO o la hormona de crecimiento) y medicamentos. El cliente más conocido era Paquillo Fernández, el famoso atleta especialista en marcha, campeón de España desde 19998 a 2004. Los agentes encontraron EPO en su casa.

A nivel internacional, una de las imágenes más recordadas es la de Marion Jones rompiendo a llorar al reconocer que se dopó durante los Juegos Olímpicos de Sydney. Se le retiraron todas las medallas que obtuvo no sólo en la cita olímpica, sino también todos los trofeos que obtuvo con posterioridad.

En 2006, el velocista Justin Gatlin fue sancionado a ocho años por la Federación de Atletismo de EE UU después de dar positivo por testosterona, por segunda vez en su carrera. Sin embargo, la pena fue reducida por colaborar en la investigación, evitando así una sanción de por vida. Volvió a la competición el pasado julio.

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