Domenicali sale tocado del desastre estratégico que dejó a Alonso sin Mundial

  • Con la herida de Abu Dabi todavía abierta, en Ferrari cerraron filas para superar el desastre de la pérdida del Mundial de Fórmula 1. Todas las voces autorizadas eximieron a Fernando Alonso de cualquier culpa por la nefasta parada en boxes, y aceptaron la metedura de pata en la estrategia como un fallo de todos. Sin embargo, hay una persona que ha quedado señalada por el desastre: Stefano Domenicali, el jefe deportivo de la escudería roja.
Stefano Domenicali, en Abu Dabi
Stefano Domenicali, en Abu Dabi
Jorge Ramírez Orsikowsky

Con Red Bull festejando el título del alemán Sebastian Vettel, las cámaras buscaron a los jefes de Ferrari. El responsable de la gestión deportiva, Stefano Domenicali, no se escondió, dio la cara ante la prensa y repartió culpas entre todos salvo Fernando Alonso, al que felicitó por su carrera. "Ahora no hay que discutir los motivos por los que tomamos esta decisión. Ganar y perder, todo lo hacemos como equipo", declaró Domenicali tras el Gran Premio de Abu Dabi, "probablemente la peor carrera de la temporada" en su opinión.

Evidentemente, todos tienen su parte de culpa, pero él es el máximo gestor deportivo de Ferrari y ha quedado marcado por encima de ingenieros de pista como Andrea Stella y otros directivos y responsables como Chris Dyer o Massimo Rivola. Cuando falla una tuerca la culpa es del mecánico, pero si la estrategia es un desastre, toca mirar hacia arriba y él tiene la última palabra por encima del resto de cabezas pensantes. Los lectores de lainformacion.com tienen claro que la culpa es del equipo.

¿Cuál fue la nefasta decisión estratégica de Ferrari?

Domenicali lo resumió de esta forma: "Tomamos una mala decisión en la estrategia por tres razones: estuvimos marcando a un rival con dos coches, estábamos demasiado preocupados por la tasa de desgaste de los neumáticos blandos y no tuvimos en cuenta la dificultad de adelantar a otros coches en la pista", explicó el jefe de Ferrari.

Un buen resumen para lo que perpetró Ferrari en el circuito de Yas Marina. Alonso tenía ocho puntos de ventaja sobre el australiano Mark Webber (Red Bull) y 15 sobre Vettel.  Sin embargo, la atención de los técnicos de il cavallino rampante estaba casi exclusivamente sobre el primero, que iba encajonado entre los dos bólidos rojos (Felipe Massa era sexto). Así, cuando Webber decidió parar en boxes porque tenía problemas con sus neumáticos, en Ferrari decidieron copiarle la estrategia para evitar que éste superase al español, que tenía problemas con sus gomas blandas, que se desgastaban bastante aunque podrían haber aguantado muchas vueltas todavía. Los nervios y la tensión por responder rápido a una situación imprevista nublaron el entendimiento de directivos e ingenieros.

El gran error vino porque no estudiaron bien el tráfico del resto de pilotos y Alonso salió de boxes con ruedas nuevas, pero detrás del alemán Nico Rosberg y el ruso Vitaly Petrov, que habían cambiado sus ruedas al principio de la carrera tras el accidente de Michael Schumacher. Lo correcto es hacer la parada para que el piloto salga con pista por delante para poder pisar a fondo sin rivales a la vista.

Alonso, de repente, se vio obligado a superar a dos coches para recuperar el título que se le escurría entre los dedos. Los adelantamientos en la Fórmula 1 son muy complicados y escasos, y el Ferrari, que además estaba configurado para defender el título y no para atacar, no pudo con el Renault de Petrov. El ruso hizo de tapón y acabó con las ilusiones del asturiano y dejó el Mundial en manos de Vettel, al que en Ferrari no consideraban tan enemigo como Webber a pesar de que partió desde la pole.

Ferrari no ha ganado ningún título con Domenicali al mando

Este error es una nueva losa en la trayectoria de Domenicali al frente del mejor equipo de Fórmula 1 del mundo, o al menos el que tiene más fama. Este italiano de 45 años, licenciado en Economía y Comercio, llegó a Ferrari en 1991 y, tras pasar por diversos puestos, se convirtió en 2008 en el sustituto de Jean Todt al frente del área deportiva. Curiosamente, su elección fue una de las razones que provocó la marcha a Honda del ingeniero jefe de Ferrari, el británico Ross Brown. Tras tomarse un año sabático, Brown aspiraba a ese puesto, pero Montezemolo, orientado por Todt, prefirió dar el caramelo a Domenicali, que además es de la misma nacionalidad que el equipo.

Una mala decisión porque Brown es único diseñando monoplazas y lo demostró haciendo campeón a Jenson Button con su propia escudería, Brawn GP, heredera de Honda, que compró con el precio simbólico de un dólar. Hay que reconocer que el ingeniero se valió de una laguna en el reglamento para mejorar sus coches con un difusor en apariencia ilegal, pero la Fórmula 1 es un deporte y un negocio en el que es vital ser más listo y hábil que tus adversarios.

Así, Domenicali se hizo con el timón sin Brown para afilar el Ferrari y sacarle su máximo rendimiento. Eso se notó en el plano deportivo. En el último año de Todt, en 2007, Kimi Raikkonen logró el Mundial de pilotos conduciendo un Ferrari en una última carrera todavía más loca que la de Abu Dabi de este año. Con Domenicali, ni de rebote han llegado los títulos.

El brasileño Massa estuvo a punto de ganar en 2008, y durante 15 segundos fue campeón hasta que el británico Lewis Hamilton le dejó sin título con un adelantamiento en la última curva (le valía ser quinto y acabó en ese puesto bajo un diluvio que hizo imposible la conducción). Un año después, la mejora de Brawn GP le pilló en fuera de juego y Ferrari sólo pudo ser cuarto en el Mundial de constructores. Un drama.


Montezemolo apoya a su apuesta

Ahora, con el considerado mejor piloto de la parrilla, Alonso, Ferrari ha vuelto a fracasar y, por extensión, también Domenicali. Quizá por eso el patrón de la escudería, el mandamás, Luca Cordero di Montezemolo, le echó un cable tras el Gran Premio de Abu Dabi. Montezemolo resaltó ensalzó el "gran trabajo" del jefe del equipo (Domenicali), que "mantuvo al equipo unido incluso en los momentos más duros". Al fin y al cabo, fue su elección para sustituir a ese zorro viejo de la estrategia que era Todt, aunque quién sabe si Montezemolo no se arrepiente de no haber dado la batuta a Brawn, otro que se las sabe todas en este mundillo.

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