Domingo negro para el Valencia

El gato negro que corrió la banda del Camp Nou se equivocó de fecha. Apareció ante la Real Sociedad cuando se le esperaba este domingo calamitoso para el Valencia. No ya por haber caído ante el Barcelona ni por la exigua aportación ofensiva del equipo. Las consecuencias trascienden estos noventa minutos y se adentran en el plano físico, afectando decisivamente los próximos partidos del tercer clasificado de la Liga.

Emery desechó a Bruno y mandó al lateral derecho a la grada para jugar con Miguel. Arrancó el equipo manteniendo el esquema definido en la eliminatoria de la Copa del Rey: presión alta para forzar a Valdés y la defensa a rifar el balón y esperar algún error. Piatti lo encontró en una indecisión entre el portero azulgrana y el inexperto Montoya, se anticipó a ambos y adelantó a su equipo.

El gol encontró la reacción de Messi, en su mejor versión. El partido iba de errores y el argentino aprovechó la endeblez defensiva de Rami y Víctor Ruiz para igualar el choque. Miguel no vio el gol, solo escuchó la celebración de un Camp Nou semilleno. El defensa portugués realizó un mal apoyo en la jugada del empate y acabó saliendo del campo en camilla.

Horas antes, un incidente propio de un programa de humor condenaba la temporada de Ever Banega. Dos meses ha durado el argentino tras recuperarse en diciembre de una lesión en su rodilla. Acabó atropellado por su propio coche en una gasolinera y con la tibia el peroné fracturados.

El parte de guerra del Valencia pudo haberse agravado por otro mal apoyo de Ricardo Costa. El portugués sustituyó a Miguel y pudo acabar el partido, pero fue un imán para los balonazos de los jugadores del Barcelona. Jordi Alba, griposo durante toda la semana, calentó al filo del descanso para acabar entrando mediado el segundo tiempo y aportó nuevos bríos que acabaron disipándose con la actuación estelar de Messi.