¿Quién dudaba de Alemania?

"No bromeamos, somos alemanes": una célebre publicidad de la aerolínea Germanwings podría servir para resumir cómo la selección alemana sabe ponerse seria cuando llegan los retos de verdad. Así lo hizo este sábado para eliminar a Italia (6-5 en penaltis tras empate 1-1), ayudada por la fortuna en la lotería de los once pasos, en cuartos de final de la Eurocopa.

Desde el título de hace dos años en el Mundial de Brasil-2014, la Mannschaft había tenido una trayectoria muy irregular, siendo capaz de lo mejor y de lo peor, lo que hizo que llegara a la Eurocopa con grandes dudas por despejar.

Pero cinco partidos después, el equipo está reforzado tras su sólida victoria de octavos ante Eslovaquia (3-0) y haber superado a su habitual 'bestia negra', Italia, que llegaba como un hueso duro de roer.

Desde Brasil-2014, con su 7-1 incluido ante el anfitrión en semifinales y la final ganada a Argentina y Lionel Messi (1-0), a Francia-2016, el equipo había tenido momentos de Doctor Jekyll y otros de Mister Hyde.

Alemania estrenó su título mundial en un amistoso ante Argentina a principios de septiembre de 2014 en Düsseldorf y allí ya marcó el tono de lo que iban a ser estos dos años: derrota 4-2 en casa, en un partido donde deslumbró Ángel Di María con un gol y tres asistencias.

Unos días después empezó en las eliminatorias para la Eurocopa-2016 con un triunfo corto en casa ante Escocia, un 2-1 en Dortmund, y en octubre sufrió una inesperada derrota en Varsovia, perdiendo 2-0 ante Polonia. Una situación en su grupo de clasificación a la Eurocopa que se agravó al empatar unos días después ante Irlanda en Gelsenkirchen.

Golear luego en noviembre a la débil Gibraltar (4-0) y ganar 1 a 0 a una España en recomposición en un amistoso en Vigo no terminó de tranquilizar los ánimos.

El año 2015 tampoco empezó bien para la Mannschaft, con un empate en casa en marzo ante Australia (2-2), en un amistoso de nuevo a medio gas, impropio del campeón del mundo.

En las eliminatorias para la Eurocopa, Alemania pudo a lo largo de ese 2015 reconducir el rumbo. Perdió en octubre 1-0 en Dublín, pero ganó en el resto de partidos, incluyendo un 3-1 en casa sobre Polonia y un 3 a 2 en su visita a Escocia, que fueron determinantes.

La derrota en Irlanda hizo que el equipo no pudiera validar su billete para la Eurocopa hasta la última jornada, cuando ganó en octubre a Georgia por un corto 2-1 en Leipzig.

En los amistosos de ese año 2015, Alemania mostró una imagen deprimente. No ganó ninguno de los tres que disputó, ya que además del empate ante los australianos perdió en casa ante Estados Unidos (2-1) en junio y luego en noviembre 2-0 frente a Francia en el Stade de France, en aquella noche de triste recuerdo por los atentados de París, que tuvieron el estadio como uno de los escenarios del drama.

El año 2016 no empezó precisamente de forma tranquilizadora, con una derrota dolorosa en un amistoso de máxima rivalidad ante Inglaterra, cayendo 3 a 2 en el Olympiastadion de Berlín. Apenas unos días después, la Mannschaft pudo recuperar un poco el ánimo con un triunfo 4-1 sobre Italia, el primero sobre esa selección en 21 años.

En la preparación para la Eurocopa, Alemania arrancó, una vez más, decepcionando, con un revés 3-1 en Augsburgo frente a Eslovaquia, ante la que luego se vengo en los octavos de la Eurocopa (3-0).

Tras superar 2-0 en otro amistoso a Hungría, los de Löw comenzaron la Eurocopa, donde fueron ganando todos sus partidos hasta los cuartos de final, con la excepción del 0-0 ante los polacos en la primera fase.

"Yo tengo confianza plena en mis jugadores. Conozco nuestras cualidades", insistió Löw en los últimos días.

Ahora el ganador del Francia-Islandia del domingo será el rival en semifinales, el jueves en Marsella.

Sólo ese obstáculo separa a Alemania, ya metida en serio en la batalla, de una nueva final, dos años después de su particular 'Maracanazo'.

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