El Athletic no carbura desde que se marchó Ander Herrera

    • En la derrota contra el BATE Borisov perdió 82 balones, le dispararon en 22 ocasiones y le hicieron 8 saques de esquina, lo que evidencia que ha bajado en el carácter y el empuje que tuvo para eliminar al Nápoles
    • Iturraspe, Mikel Rico y Beñat fallaron en la construcción del juego, fueron superados en las disputas de los balones divididos, estuvieron frágiles en la presión y en las acciones de contacto
Aduriz pide "sentarse, reflexionar y darle la vuelta a esto"
Aduriz pide "sentarse, reflexionar y darle la vuelta a esto"
Ulises Sánchez-Flor

El Athletic se ha desinflado. La fuerza, agresividad, carácter, empuje y rabia con la que jugaba el equipo de Ernesto Valverde ha desaparecido. En su primera derrota en esta Champions contra el BATE Borisov (2-1) evidenció todos sus males. Se ha convertido en un equipo inofensivo, blando y hasta manso. Esa garra y actitud competitiva que le llevó a eliminar al Nápoles en la fase previa de esta competición se ha esfumado. No es el Athletic poderoso que acabó en cuarta posición en la Liga pasada, que plantó cara al Real Madrid, Barcelona y Atleti en su estadio y que impresionaba por su equilibrio táctico, solidez y decisión para ir a por los partidos. El último gran Athletic lo vimos ante el Nápoles y, desde entonces, el equipo de Valverde está en caída libre. No ha ganado ninguno de los seis últimos partidos oficiales (Barcelona, Shakhtar, Granada, Rayo, Eibar y BATE) y solo ha sido capaz de marcar dos goles, los que ha conseguido Aduriz ante el Rayo y el BATE.

Los problemas del Athletic son múltiples y necesita corregirlos cuanto antes porque todavía le quedan opciones, difíciles, para lograr la clasificación para los octavos de final. No está muerto. El empate del Oporto de Lopetegui en el campo del Shakhtar (2-2) le ha dado un respiro, pero a partir de ahora todos los encuentros son finales. Y los dos siguientes partidos son ante el Oporto. Además, tiene que visitar el campo del Shakhtar. Está a tiempo de resucitar y mostrar la versión que le llevó a jugar la competición élite del fútbol europeo.

Los motivos del bache del Atheltic son varios. En Bielorrusia se mostró como un equipo menor, frágil y débil. Le costó meterse en el partido y no ganó los duelos en los balones divididos. Fue un equipo sin fuerza, que se vio arrollado por el físico y la intensidad del BATE. El fútbol también es contacto y en esas acciones en las que hay que ir al choque se fracturó. Sin la pelota fue superado por esa fragilidad física y el desorden de sus jugadores. Recibió un total de 22 disparos, 7 entre los tres palos y 8 saques de esquina. En uno de ellos encajó el primer gol, dePolyakov, en una acción en la que se despista Iturraspe.

Con el balón tampoco encontró seguridad ni se sintió cómodo. Perdió un total de 82 balones, una cifra que indica el descontrol. El centro del campo no funcionó con Iturraspe, Mikel Rico y Beñat. Por delante Ibai, tampoco enganchó con los mediocentros ni los de arriba (Muniain y Aduriz). En este Athletic se empieza a echar de menos a Ander Herrera, el jugador que organizaba el juego, le daba criterio, tenía el control y leía el partido según le interesaba en cada momento al equipo. Iturraspe atraviesa un bache, con despistes y errores que están costando goles. Valverde metió en la segunda parte a Susaeta por Rico y el equipo tuvo una mejor actitud. La banda derecha, Iraola y Muniain, tampoco supo cerrar los espacios y dio muchas facilidades. El Athletic falló en la presión y en la disputa de los balones divididos ante un BATE más agresivo, decidido y físico. La clave, la indecisión y la falta de fuerza.

El siguiente partido es en el Bernabéu. El Athletic necesita una señala que le haga recuperar la fe en su fútbol y no visita el mejor escenario. Pero no está muerto. Lo dice Muniain: "Ahora hay que pelear más y trabajar duro. Estamos en un mal momento, pero queremos darle la vuelta cuanto antes".

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