Da igual quién sea el entrenador del Sevilla. Con Manolo Jiménez, el conjunto andaluz se llevó cuatro goles en agosto en la vuelta de la Supercopa; con Gregorio Manzano se ha llevado cinco dos meses y pico después. El cambio de cromos en el banquillo no altera el resultado, que siempre es goleada. Ya el Barcelona-Sevilla de la pasada temporada acabó también 4-0.
Con estos datos, no extraña que el Sevilla sea el equipo que más goles ha recibido en el Camp Nou en Liga. Con los de este último duelo, acumula 188 en 67 partidos, una media de 2,8. Un escándalo teniendo en cuenta que el Sevilla es uno de los equipos que suelen considerarse alternativa al dominio de Real Madrid y Barcelona. Y que en los últimos años ha logrado varios títulos tanto en España como en Europa.
Pero el fútbol tiene estas curiosidades. Igual que al Barcelona se le atraganta el Atlético, con el Sevilla le pasa todo lo contrario. Su visita está marcada con rojo en el calendario porque invita a la fiesta. Que le cuesta sacar adelante los partidos en el Camp Nou… ¡Toma partidazo y goleada! Que Villa lleva un mes que no mete gol ni al arcoíris… ¡Dos tantos del Guaje! Esto ya parece una tradición.
La batalla psicológica la tiene ganada el Barcelona
El Camp Nou transforma a un equipo que normalmente es aguerrido en un flan. Igual que los adolescentes son carnaza ante la versión diabólica de Eduardo Manostijeras, el Sevilla salta al terreno de juego año tras año con cara de condenado a muerte. A los sevillistas les tiemblan las piernas y les puede el ambiente. Sólo así se explican cosas como el gol tempranero, la horrible cesión de Romaric a Javi Varas o el cortocircuito mental de Konko, expulsado en cuatro minutos. No se puede ser tan blando ni tan fallón ante un rival que huele la sangre como un tiburón blanco.
Lo dicho. El Sevilla vivió una pesadilla en la víspera de Halloween. ¿Truco o trato? Trato no hubo ninguno porque el Barcelona no paró de buscar más y más goles, y trucos sólo hubo los que hicieron Messi, Alves y Xavi. Pero como todas las pesadillas acaban, el Sevilla ya puede olvidarse del Camp Nou hasta la siguiente temporada salvo que la Copa del Rey diga lo contrario. Al Barcelona no le importaría un futuro emparejamiento teniendo en cuenta que siempre jugaría un encuentro en casa. Y con estos antecedentes, con eso le basta.
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