El Ciudad de Valencia, estadio talismán para el Barça

El Fútbol Club Barcelona ha estado a punto de tirar por tierra casi todas sus opciones de alzar su cuarta liga consecutiva en su visita al  Ciudad de Valencia. Tras comenzar perdiendo, Messi apareció y le dio la vuelta al partido con dos goles, uno de ellos de penalti. Especialmente mal le hubiera sentado al Barcelona perder la liga en el estadio del Levante, un feudo con el que los blaugranas tienen una química especial, pues allí levantaron dos ligas, los años 2005 y 2011.

Después de que el Madrid ganara en casa al Sporting y aumentara la diferencia frente al Barcelona a siete puntos, los de Pep Guardiola llegaban a Valencia con la obligación de vencer al equipo revelación del año. Todas las quinielas daban por favorito al Barcelona por juego, necesidad, calidad y...por historia. La estadística, tantas veces rota en el deporte, decía que el Ciudad de Valencia era un campo favorable al Barcelona, y eso pese a que este año el Levante ha vencido como local a Real Madrid, Atlético o Villarreal, entre otros, y que el Barcelona fuera ha perdido 16 puntos.

Los barcelonistas guardan gratísimos recuerdos del césped del Levante, en donde celebraron dos Ligas. Eto´o en 2005 y Keita en 2011 marcaron allí, permitiendo al Barça empatar ambos partidos y llevarse matemáticamente sendas ligas. Este año, de nuevo, el Levante cumplió con su parte y anotó un gol, el primero del partido. Sin embargo, Messi no estaba dispuesto a tirar por la borda el trabajo de todo un año y tiró del carro de un Barcelona en el que Iniesta no jugó y Xavi sólo la primera parte. Pep se la jugó y le salió bien.

Con el doblete del rosarino, el Barcelona sigue vivo en liga, aunque de momento tendrá que aparcar la competición doméstica y le toca centrarse en Champions, donde el miércoles viajará a Londres para enfrentarse al Chelsea en la ida de las semifinales de la máxima competición de clubes. El sábado, el Barça tendrá que volver a pensar en la liga para intentar vencer al Madrid en el Camp Nou y reducir la ventaja de los blancos a un único punto.