Víctor Sánchez del Amo ha recuperado la sonrisa blanquiazul. Es un hecho. Tras salvar a un equipo a la deriva la temporada pasada con un milagroso empate en el Camp Nou, el Deportivo de A Coruña ha vuelto a ser un rival de gran nivel en la Liga BBVA, y aunque el retorno del 'Súper Dépor' se antoja por el momento lejano, las primeras bases se han sentado.
El éxito del Dépor actual se fragua en base a tres pilares: el repliegue defensivo, un doble pivote que recupera y crea juego, y el estado de gracia de Lucas Pérez.
Víctor dispone de un equipo con muchas caras nuevas y sabe que para no pasar apuros como el año pasado, es fundamental mantener la portería a cero. Con su 4-2-3-1 habitual, el entrenador madrileño insiste en que sus pupilos mantengan las líneas juntas, para intentar robar balones rápido y salir a la contra.
En la medular es donde nace el juego de un equipo y en el conjunto coruñés esa tarea recae sobre Celso Borges y Mosquera. El costarricense se perderá el derbi por lesión, y de seguro que los gallegos notarán su baja.
Borges da equilibro al fútbol del Dépor y Mosquera es el encargado de fabricarlo. Con la calidad y la visión de juego que atesora después de haber iniciado su carrera en posiciones más adelantadas como la mediapunta o la banda, el chico que debutó en Riazor con la camiseta del Real Madrid es el faro blanquiazul.
Pero sin duda alguna, el factor diferencial que hace único al Dépor es Lucas Pérez. El delantero gallego ha explotado esta temporada. Con siete goles es el sexto máximo goleador de la Liga BBVA. Su velocidad, su regate y su olfato goleador son la mayor preocupación del Celta de Vigo.
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