El deportista anónimo se suma a la consecución de hitos

  • El montañero Ferran Latorre, que persigue el objetivo de ser el primer catalán en completar el desafío de los catorce ochomiles, reclamó hoy un mayor protagonismo del deportista anónimo: "La elite es impersonal y no permite dar al deporte una dimensión humana".

Madrid, 10 jun.- El montañero Ferran Latorre, que persigue el objetivo de ser el primer catalán en completar el desafío de los catorce ochomiles, reclamó hoy un mayor protagonismo del deportista anónimo: "La elite es impersonal y no permite dar al deporte una dimensión humana".

En un acto celebrado en la sede del Consejo Superior de Deportes (CSD) en Madrid, Latorre subrayó la importancia de "hacer deporte y comunicarlo". Dos características que le acompañan en su objetivo de coronar las catorce cimas más altas del planeta por su condición de "actor y transmisor".

"Si solo tuviera que practicar el alpinismo, no lo disfrutaría tanto", confesó el montañero catalán. "Para mí, el placer de filmarlo o fotografiarlo es el mismo", abundó.

Latorre sueña desde los doce años con escalar "imposibles" aunque la conquista de los catorce ochomiles del planeta empezó a hacerse realidad cuando se inició como cámara de altura en el programa de televisión 'Al filo de lo imposible'.

"Entonces hice ocho ochomiles, pero quería justificar el esfuerzo concluyendo los catorce y cerrando este círculo de mi vida", explicó el montañero, poseedor de dos Piolets de Oro.

A los 21 años Ferran Latorre convirtió el alpinismo en un proyecto de vida, aunque el fracaso de alguna expedición le invitó en alguna ocasión a abandonar su objetivo.

"Es un deporte muy cruel", remarcó, "el más duro con diferencia, por el riesgo y por lo que supone superar barreras psicológicas como echar de menos a tu familia. En dos meses lejos de casa uno pasa por ciclos psicológicos muy variables".

La cumbre del K2, reto que afrontará en apenas quince días, el Everest y el Nanga Parbat aparecen ya en la mente del montañero pese al intento fallido en el Makalu. "El mérito está en pasar los momentos malos. Recuerdo cuando era niño y otra vez encuentro la razón de por qué me inicié en la gran aventura del alpinismo", reveló.

No fue un sueño sino la esclerosis múltiple la que acercó a Josep Lluis Layola al deporte, su herramienta para "desarrollar una estrategia para superar una enfermedad para la que no hay cura".

"Es ahí donde empieza el proyecto 'Sí se puede'. Yo quería recuperar la movilidad", comentó Layola, campeón de España de para-triatlón después de que el diagnóstico médico le diera apenas diez años de vida. "Yo ya debería estar muerto", señaló.

Tres mil trescientas pastillas por año y tratamientos de acupuntura y electroestimulación le guiaron, sin embargo, hacia la Titan Desert, "el lugar menos indicado para una persona afectada por esclerosis múltiple porque se pasa de temperaturas de 3 a 48 grados centígrados", explicó el para-triatleta.

"El deporte me lanzó hacia adelante cuando a mí me daban por perdido", apuntó. "Y la Titan Desert se convirtió en la aventura más espectacular de mi vida. Fue muy dura, el 25 por ciento de los participantes no la pudieron acabar, pero es una experiencia que estará grabada en mi memoria", añadió.

Otro de los deportistas anónimos que integran el programa de patrocinio deportivo de GAES 'Persigue tus sueños', Miguel González Pascual, dejó atrás una enfermedad -en su caso obesidad mórbida- para convertirse este año en un "ultra hombre".

"Empecé corriendo cinco minutos con unos amigos", rememoró sobre sus inicios en el mundo del atletismo popular, hace diez años, cuando pesaba 167 kilogramos, "y este año me veo en una 'ultra man', que es un prueba muy bestia".

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