El fútbol copia al rugby su rito más deportivo: el tercer tiempo

Si hay un deporte en el que impera la honradez, el compañerismo y la lealtad por encima de cualquier circunstancia del juego, ese es el rugby. Un juego en el que los instintos más primitivos del ser humano salen a relucir, en mitad de un terreno de juego en el que impera la disciplina y donde se castigan duramente las sucias técnicas.

Se trata de una disciplina cargada de tradiciones y, como ya contábamos en 'Rugby, lo que siempre quisiste saber y nadie te explicó', repleto de diversas 'normas no escritas' que sus más fieles seguidores sienten orgullo de conocer. Tal es así, que deportes como el fútbol parecen querer imitar algunas de estas reglas para dotar de mayor deportividad a la disciplina.

Amparado en estas razones, la directiva de la Liga de Fútbol Profesional ha decidido poner en marcha tácticas que en rugby fomentan sus valores innatos. Así, en el partido que medirá este domingo a las 12,00h en el estadio de la Rosaleda a Málaga y Espanyol, una vez finalizado el encuentro, los jugadores de ambos equipos y los árbitros de la contiendan podrán disfrutar de lo que en rugby se conoce como tercer tiempo.

Más allá de lo que suceda sobre el césped, los futbolistas tendrán la oportunidad de charlar acerca de lo vivido en el partido al amparo de comida y bebida. Un ritual que habrá de financiar el equipo local y que, pese a que la comitiva del equipo visitante tendrá que abandonar rápidamente la invitación para no perder su vuelo, servirá para limar asperezas y fomentar el espíritu de fraternidad.

Se trata de una iniciativa que la LFP quiere implementar en los partidos tanto de primera como de segunda división. De esta forma, los jugardores de Málaga y Espanyol y los que comparezcan en el derbi andaluz entre Córdoba y Almería podrán conocer de primera mano una de las más centenarias tradiciones del deporte.