Madrid.- El Barcelona ganó su vigésimo segundo título de la Copa del Rey, el segundo consecutivo de cualquier equipo después de veintitrés años en la competición, y el Real Madrid compitió con dignidad, pero vio como su maldición cumplió la mayoría de edad, dieciocho años sin ganar.
Es la realidad actual del baloncesto español y de sus dos equipos de referencia. Pero no menos cierto es que la distancia entre Barcelona y Real Madrid se ha reducido.
El Real Madrid presentó batalla a un Barcelona en el que anulados Navarro y Ricky Rubio tuvo argumentos, Sada y Anderson, para hacerse con el título, demostrando su poso de equipo campeón.
El equipo de Ettore Messina peleó durante muchos minutos del partido y mantuvo el marcador equilibrado hasta que la mayor calidad y experiencia de los blaugranas decantó la victoria, con la que iguala el número de títulos totales del Real Madrid, 22, convirtiendo en bicéfalo el palmarés de la Copa.
La juventud de los jugadores del Real Madrid -algunos disputaron ayer su primera final- es un dato esperanzador para los aficionados madridistas, aunque deberán mejorar mucho para superar a un Barcelona, en plena sazón, que posiblemente sea el mejor equipo de Europa en la actualidad.
Más allá de la frustración de la derrota, el Real Madrid salió fortalecido de la final de la Copa porque enterró, puede que definitivamente, el sonrojo de partidos anteriores, aunque queda el dominio barcelonista por 10 a 1 en últimos partidos oficiales entre ambos.
Prigioni secó a Navarro y el Madrid hizo una gran defensa, pero se vio superado en ataque por el talento casi infinito de un Barcelona demoledor con Lorbek, tres triples que hicieron mucho daño, y Anderson que de repuesto de Mickeal llegó a ser el jugador más valioso de la final, junto a un Sada que puede ser una de las sorpresas en la próxima convocatoria de la selección nacional.
Tomic jugó bien al poste bajo en los inicios del partido y Mirotic cumplió con creces como novato, aunque necesita seguir con su progresión exponencial. El Madrid le necesita.
El resto de participantes en la competición cumplió con su papel más o menos asignado. No hubo sorpresas, como en otras ocasiones. Caja Laboral y Power Electronics Valencia fueron semifinalistas pero no pudieron dar el siguiente paso.
Los de Vitoria no están al nivel de otros años y los valencianos, de la mano de Pesic, demostraron que han subido muchos enteros su juego. Ambos necesitan que sus jugadores estrellas, Teletovic, San Emeterio y Marcelinho; Claver, Rafa Martínez y Savanovic tengan un buen día, en los partidos claves, para aspirar a algo más.
Blancos de Rueda Valladolid, DKV Joventut, Bilbao Bizkaia y Gran Canaria 2014 defendieron su suerte, aunque cayeron con la lógica de los argumentos de sus rivales.
Ricardo Molinelli
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