La sustitución de Marco Balotelli a quince minutos del final del Oporto - Manchester City fue la gota que colmó el vaso de los directivos ingleses, que contactaron con el delegado de la UEFA Joti Chatzialexiou para presentar una queja formal por gritos racistas por parte de la afición portuguesa.
Los seguidores que se dieron cita en Dragao para ver el partido de la Europa League ya habían lanzado gritos y sonidos racistas destinados a Yaya Touré durante el partido (se escucharon claramente cuando protestaba una decisión del árbitro), lo que provocó que su hermano Kolo, que estaba en el palco, se sintiera abatido.
El propio jugador del City, en declaraciones que recoge la prensa inglesa, reconoce que "por eso me gusta la Premier, porque esto nunca pasa aquí. Puede que en otros países no estén acostumbrados a los jugadores de color. Seguro que en el futuro cambian su mentalidad y el fútbol será más abierto, pero lo que ha pasado hoy no nos gusta".
Por su parte, no es la primera vez que Balotelli sufri cánticos racistas por parte de aficionados rivales: en su época en Italia, fue habitual verle quejándose por los gritos lanzados desde la grada.
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