El Palermo jugó su último partido ante el Hellas Verona...¡sin entrenador!

Davide Ballardini ya no es el entrenador del Palermo. Su trabajo se puso en jaque el domingo cuando no dirigió a su equipo ante el Hellas Verona. El motivo, una durísima discusión con Sorrentino, portero y capitán del equipo. La historia de Ballardini pone de manifiesto la situación del club más convulso de Italia: 50 entrenadores en 28 años.

"Ballardini no nos habló ni antes ni después del partido. Lo que ocurrió fue increíble y no lo había visto en 36 años. Soy el capitán de este equipo. Algunos jugadores podrían ser mis hijos y no dejaré que nadie cuestione la integridad y el profesionalismo de este equipo", declaró el portero y capitán del equipo al final del encuentro, que por cierto ganó por 1-0 el Palermo.

La insostenible situación que vive el Palermo tiene un origen, y no es otro que su presidente Maurizio Zamparini, que lleva en el cargo 28 años. Desde que llegó, 50 entrenadores han dirigido al Palermo. Un número que habla de la inestabilidad del club.

De hecho, el surrealismo se llevó al extremo esta misma temporada. El presidente había contratado a Ballardini a mediados de noviembre, después de destituir a Giuseppe Iachini.

El pasado jueves, debido a los malos resultados, al propio Ballardini ya se le había comunicado su despido. Su sustituto era Iachini (de nuevo), pero el técnico que comenzó la temporada pidió unos fichajes de última hora que no gustaron al presidente.

El resultado: Ballardini fue recontratado menos de tres días después de haber sido despedido.

"Prefiero ser llamado 'basura' a que duden de mi profesionalismo. Si eso ocurre, eso me hace rabiar", afirmó Sorrentino tras discutir con Ballardini.

No sabemos qué se dijeron mutuamente Ballardini y Sorrentino en los horas previas al choque ante el Verona, pero  el ambiente ya estaba muy caldeado.

Lo único seguro es que el presidente Zamparini ya ha encontrado a su entrenador número 51. Barros Schelotto cogerá al equipo con el objetivo de alejar al Palermo de los puestos de descenso. No será fácil. El Palermo es un pandemónium.