El partido de fútbol en el que un equipo defendió a la vez las dos porterías

    • Sucedió en la Caribbean Cup de 1994, en el partido que enfrentaba a Barbados y a Granada.
    • Un par de normas extrañas hicieron que lo más beneficioso para el equipo que iba ganando fuera marcarse un gol en propia puerta.
Imagen de la Caribbean Cup de 2012
Imagen de la Caribbean Cup de 2012

Dice Gloria Clemente, así se llama el papel de Rosie Perez en la película 'White Men Can´t Jum' que a veces cuando se gana, se pierde y que, a veces, cuando se pierde, se gana. Incluso llega a comentar que hay ocasiones en las que cuando se empata, se gana o se pierde. La frase puede ser un poco caótica y la idea parece no quedar muy clara. Sin embargo, se puede aplicar perfectamente al que puede ser el partido más surrealista de la historia.

El partido se disputó en el año 1994, dentro de una competición propia del Caribe llamada, precisamente, Copa del Caribe o Caribbean Cup, por su denominación en inglés. Los adversarios eran Barbados y Granada y se jugaban la clasificación para la segunda fase del torneo. Los barbadenses, que jugaban de locales, necesitaban ganar el partido por una renta de dos o más goles para poder acabar primeros de grupo y pasar de ronda. A los granadinos les bastaban el resto de resultados.

Hasta el minuto 83 el partido transcurrió con normalidad. Ambos equipos jugaban a marcar gol en la portería contraria y a evitar que el rival hiciese lo propio en su meta. En ese momento, Barbados estaba a punto de completar la gesta, al ir ganando dos a cero. Sólo tenía que aguantar siete minutos sin recibir un tanto y lograría el billete para la segunda fase de la Copa del Caribe.

Pero entonces llegó el gol visitante. Apenas quedaban cinco minutos de juego y Barbados necesitaba un gol desesperadamente. Eso sí, no importaba en cuál de las dos porterías lo anotara. Aunque pueda resultar extraño, ante la imposibilidad de volver a marcar a una selección granadina que se encerró atrás, los locales dieron media vuelta, se dirigieron a su portería y se marcaron un gol en propia.

La razón: la extraña normativa del torneo, según la cual ningún partido podía acabar en empate. En caso de que algún partido llegase al minuto noventa con tablas en el marcador habría prórroga, en la cual había gol de oro (el que primero marca, gana el partido). Pero lo más llamativo del reglamento venía a continuación. El gol de oro valía doble, es decir, que daba dos goles de diferencia al ganador y no sólo uno.

Así pues, el gol en propia de Barbados tenía sentido. Si conseguía que el partido acabara en empate, en la prórroga dispondrían de treinta minutos más para anotar. Tras el auto-gol, Granada copió la estrategia de su rival e intentó por todos los medios anotar en cualquiera de los dos marcos. Tanto la victoria como la derrota por un gol de diferencia le valían.

Desde el saque de centro y hasta el pitido final se vivieron los cinco minutos más extraños de la historia del fútbol. Un equipo defendía las dos porterías mientras el otro intentaba marcar en ambas. Milagrosamente, Barbados cumplió con su cometido y llevó al partido al tiempo extra, tiempo en el cual anotó el gol de oro, que le valían el partido y la clasificación.

La Copa del Caribe es un torneo que aún existe y que se sigue disputando cada dos años, aunque desde 1995 -la edición siguiente a la que incluyó este raro suceso- sí existe la posibilidad de empatar un partido y, en caso de prórroga, ya no hay gol de oro.

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