El Atlético salió indemne del anunciado arranque en tromba madridista durante diez minutos, lo que tardó el menos esperado, Carvalho, en abrir el marcador. Era cuestión de tiempo, porque desde el primer momento los blancos se mostraron superiores en todos los aspectos su rival: en intensidad, en pujanza, en determinación. Y el gol del central luso llegó por esto: Reyes, al iniciar una contra, optó por dejarse caer ante la presencia de Xabi Alonso, buscando una posible tarjeta, en lugar de continuar la carrera, el árbitro no picó, el Madrid no se despistó, tocó rápido, y el defensa, llegando desde atrás, remachó un pase de Di María.
Lejos de despertar a los jugadores rojiblancos, el gol en contra les noqueó, como si en sus cabezas se confirmaran todos los pronósticos previos que decían que el Madrid era el favorito. Solo así se entiende la falta de atención que mostraron todos en la falta lateral que significó el segundo gol madridista, apenas seis minutos después. El lanzamiento de Özil, sin gran maldad ni excepcionalmente pegado, buscaba a alguien que lo rematara, pero ante la parsimonia de los defensas y de De Gea, terminó dentro de la portería.
Un cortocircuito muy fuerte tiene que tener este Madrid, y cualquier equipo de Mourinho, para echar por la borda un 2-0 a favor. El Atlético de Madrid tuvo dos claras ocasiones antes del descanso para meter miedo al Bernabéu y acortar distancias, pero Casillas asumió su cuota de protagonismo y lo evitó con una acción plena de reflejos y una palomita a mano cambiada.
Los blancos bajaron el ritmo pero no perdieron el control del juego, bajo la batuta de Xabi Alonso, cuyo papel en este Real Madrid es primordial, supieron meter una pausa a la vez que no descuidaron su caudal ofensivo. Cristiano Ronaldo, hambriento de gloria en un partido grande como éste, lo intentó en varios disparos lejanos, e incluso el público protestó un dudoso penalti sobre Di María de (el colchonero tocó a la par balón y jugador), pero la primera parte se cerró con el 2-0.
El equipo de Quique Sánchez Flores mostró mejor cara tras el descanso, pero la culpa se debió a partes iguales a la vergüenza torera que mostraron y a la bajada de revoluciones del Madrid, que como si de un Fórmula 1 se tratara, buscó conservar el motor. Se siente igual de cómodo el equipo merengue apretando al rival y llevando la iniciativa, que cediéndola, esperando con las líneas juntas, y buscando una contra. No tuvieron muchos quebradores de cabeza, ya que el Kun y Forlán apenas aperecieron, y sólo Reyes mantuvo el listón alto dentro de su equipo.
Sofocado el ímpetu colchonero, los de Mourinho durmieron el partido, aletargando a su rival y sus esperanzas de remontada. Los tres puntos estaban a buen recaudo, el liderato se mantenía, y pensar en la Copa ante el Murcia. El Atlético, con la eliminatoria copera encarrilada, tendrá algunos días para analizar el por qué de unos altibajos que les convierten en un equipo poco fiable.
Ficha técnica
2. Real Madrid: Casillas, Sergio Ramos, Pepe, Carvalho (Albiol, 85'), Marcelo, Xabi Alonso, Khedira, Di María (Diarrá, 85'), Özil, Cristiano Ronaldo e Higuaín (Benzemá. 75').
0. Atlético de Madrid: De Gea, Valera, Ujfalusi, Domínguez, Filipe Luis, Simao (Diego Costa, 78'), Mario Suárez, Thiago (Raúl García, 69'), Reyes, Forlán y Agüero.
Goles: 1-0, (12') Carvalho. 2-0, (18'), Özil.
Árbitro: Mateu Lahoz. Amonestó a Mario Suárez, Thiago y Khedira.
Estadio: Santiago Bernabéu. Lleno.
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