"Lo que ha pasado es muy difícil de aceptar por respeto a la gente que se levanta pronto para trabajar y luego paga una entrada para vernos". Apenas pasaron doce horas desde que Ettore Messina pedía perdón a los aficionados del Real Madrid hasta que, a la mañana siguiente, un sinfín de rumores acababan por confirmarse. El entrenador estrella fichado para devolver a la sección de baloncesto a la cúspide, dimitía y dejaba al equipo huérfano de liderazgo.
La Caja Mágica lucía inmaculada ese tres de marzo, con 4.821 espectadores que no daban crédito a la vergonzosa actuación madridista. Ninguno de los dos equipos se jugaba nada en el Top 16, pero los italianos convertían cada jugada en canasta aprovechando la pasividad defensiva local. Pitos, bochorno colectivo y dura derrota (77-95).
El Montepaschi de Siena rompía una racha de 18 partidos sin perder en la Caja Mágica de forma abrupta. Lo mismo ocurriría en la Final Four de Barcelona, con el Madrid de bajón anímico tras caer en semifinales contra el Maccabi Tel-Aviv. Atrás ha quedado la dupla italiana Messina – Molin, pero el equipo, ahora comandado por Pablo Laso, se mantiene invicto en el Palacio de los Deportes.
Nikola Mirotic es duda por una contusión en su pie para recibir al líder de la liga italiana, que cuenta entre sus filas con dos viejos conocidos de la afición blanca, Igor Rakocevic y Rimantas Kaukenas. El poderío de Stonerook en la zona y la magia de Mc Calebb en la dirección complicarán las cosas en el segundo partido del Top 16, en el que la afición blanca espera no sufrir tanto como en el debut de la segunda fase ante Unicaja Málaga.
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