En 2010 la lluvia convirtió el Gran Premio de Corea en un 'sálvese quien pueda' en el que ganó Alonso

    • En el debut del Gran Premio de Corea del Sur la meteorología fue la principal protagonista al obligar a retrasar la carrera y a hacer que la salida fuera tras el coche de seguridad.
    • Alonso acabó logrando la victoria en una prueba que duró casi tres horas y en la que abandonaron nueve de los veinticuatro pilotos.
Sebastian Vettel apaga el motor de su Red Bull en el Gran Premio de Corea de 2010
Sebastian Vettel apaga el motor de su Red Bull en el Gran Premio de Corea de 2010

El parte meteorológico señala que un tifón podría afectar este fin de semana al Gran Premio de Fórmula Uno de Corea del Sur. Según la predicción de los satélites, Fitow -que así se llama este tifón- podría llegar al circuito de Yeongam en la madrugada del sábado al domingo, horas antes de que comience la carrera, la cual podría disputarse bajo intensas lluvias y fuertes vientos.

Se prevé que la clasificación del sábado se dispute en condiciones de lluvia y, según avancen las horas, la intensidad de las precipitaciones y la velocidad del viento vayan aumentando, por lo que habrá que esperar hasta el inicio de carrera para conocer el estado del circuito.

De momento nadie piensa en la suspensión del Gran Premio, opción que sí se planteó en 2010, el año en que se estrenó la carrera en el calendario de la Fórmula Uno. Aquel fin de semana la lluvia también hizo acto de presencia en la capital del país asiático, obligando a todos los coches a calzar neumáticos de mojado durante todo el fin de semana.De la normalidad a la locura en 2010

La clasificación se disputó con relativa normalidad, por lo que Vettel, Webber y Alonso no tuvieron problemas para acabar en las tres primeras posiciones. Todo cambió veinticuatro horas más tarde, cuando las espesas nubes que ocultaron el sol descargaron con fuerza y sin piedad sobre el circuito.

Dirección de carrera decidió, tras diez minutos de retraso, que la salida sería lanzada tras el coche de seguridad. Bernd Mayländer -conductor del famoso 'safety car'- rodó durante diecisiete vueltas delante del pelotón de coches que se amontonaban detrás de él. Por la radio de algunos equipos ya se oían las quejas de los pilotos. "No veo ni siquiera a Webber", decía Alonso.

Con el primer tercio de carrera consumido, Dirección de Carrera vio que las condiciones no mejorarían y decidió sacar de pista al coche de seguridad. A partir de ese momento, el Gran Premio se convirtió en una exhibición de habilidad por parte de los 24 pilotos, que priorizaban mantenerse en pista por delante de adelantar.

Tras el accidente de Webber y el error de Hamilton -se salió de pista- Alonso se lanzó a la búsqueda y captura de Vettel. Al alemán le falló el coche, que acabó aparcado en una escapatoria de la pista con el motor en llamas. El propio piloto teutón protagonizó una de las imágenes del fin de semana al quitarle un extintor a un operario y apagar él mismo su coche.

En aquel lluvioso caos acabó triunfando Alonso, que logró su quinta victoria de la temporada y volvía a colocarse como líder provisional en la clasificación general. De nada le sirvió al asturiano, que claudicó ante Vettel en las dos carreras finales y cedió su tercer entorchado mundial.

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