Entrenadores "gringos" en busca de medallas brasileñas en Juegos de Rio-2016

Brasil ha captado a decenas de reconocidos entrenadores extranjeros para intentar alcanzar un lugar en el top-10 del medallero de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro, del 5 al 21 de agosto.

Actualmente hay 51 "gringos" (como se llama comúnmente en Brasil a todos los extranjeros) de 20 países que se dedican a entrenar a atletas brasileños, con los Juegos en la mira.

Su contratación responde a las ambiciones del gigante sudamericano de 204 millones de habitantes, que en septiembre de 2012 lanzó el "Plan Brasil Medallas" con el objetivo de situarse en 2016 en el top-10 del medallero, consiguiendo más de 20 medallas. El récord de Brasil data de Londres-2012, con 17 podios olímpicos.

Laura Flessel, ex gloria de la esgrima francesa, se ocupa por ejemplo de la brasileña Nathalie Moellhausen, actual 13ª del mundo, en la región metropolitana de París.

Pero la mayoría de los entrenadores extranjeros se instalaron en Brasil hace unos años, contribuyendo a veces a grandes éxitos, como fue el caso del equipo femenino de balonmano que se consagró campeón del mundo en 2013 bajo el mando del danés Morten Soubak.

"Sabía que los brasileños tenían potencial, pero sabía también que ellas no tenían aún el gen de la victoria", comentó Soubak.

El croata Ratko Rudic ayudó a tres países a ganar cuatro títulos olímpicos en polo acuático antes de llegar a Brasil. "Es la ocasión de tener éxito en algo duradero", explicó el entrenador más premiado de su deporte, que se lanzó a este gran desafío al tomar las riendas del equipo masculino de Brasil, que por primera vez desde 1984 estará presente en agosto en los JO.

Este entrenador de 68 años ya impuso su marca: en junio de 2015, Brasil venció en la Liga Mundial a la campeona olímpica Croacia (17-10), terminando el torneo en tercer lugar, antes de obtener su mejor clasificación en un Mundial (10°).

En canotaje, el español Jesús Morlán presenta también una brillante trayectoria con cinco medallas olímpicas obtenidas bajo su liderazgo técnico. Se ocupa ahora de Isaquias Queiroz, primer brasileño en ganar una medalla en campeonatos mundiales.

¿Y cuál es la receta que el entrenador dio a la gran esperanza de 22 años? "Para ganar un lugar en la línea de partida, en el año preolímpico hay que hacer 4.400 km y entrenarse 750 horas. El canotaje es simple. La ruta es recta y no hay atajos", resumió Morlán.

La disciplina es también el credo de Alexander Alexandrov, cuyo equipo ruso de gimnasia artística femenina totalizó seis medallas en los Juegos de Londres de 2012, a la cabeza del cuadro de naciones. El "General", ahora en Brasil, contribuyó durante 40 años a hacer de la exURSS y luego de Rusia un gran país de la gimnasia.

"Los jueces van a mirar a nuestros atletas y van a pensar: ¿es Alexandrov quien los entrena? Entonces veamos lo que van a hacer", dijo Georgette Vidor, coordinadora de gimnasia artística femenina en la Confederación Brasileña de Gimnasia.

"Transmite sus ideas y su filosofía a nuestros entrenadores", añadió, subrayando el efecto duradero que estos "gringos" deben aportar a un país que piensa beneficiarse de los Juegos a domicilio, los primeros en Sudamérica, para ampiar su espectro deportivo más allá del fútbol.

La palma extranjera corresponde al muy joven Marcus Vinicius d'Almeida, de 18 años y ya con posibilidades de medalla. El "Neymar del tiro al arco" fue detectado por el surcoreano Lim Hee-sik, el inglés Richard Priestman lo entrenó para el título de campéon del mundo junior en 2015 y es el italiano Renzo Ruele quien lo dirige en el seno de la Confederación Brasileña de Tiro al Arco.

Pero han habido malos tragos. El francés Jean-Maurice Bonneau fue despedido tras haber obtenido buenos resultados a la cabeza del equipo brasileño de salto ecuestre. La depreciación del real frente al dólar y la elevada inflación en Brasil provocaron un diferendo financiero entre el entrenador y sus jefes, que llevó a la ruptura de su contrato.

Y el entrenador australiano de natación Scott Volkers, 'coach' en Belo Horizonte (tercer ciudad de Brasil, en el sureste), fue vetado en instalaciones olímpicas tras el resurgimiento de sospechas de que cometió actos de pedofilia con jóvenes atletas a su cargo en su país en los años '80.

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