España 2-1 Haití: la 'Roja' ensaya sin exigirse

    • La selección española venció plácidamente al combinado haitiano por un pobre marcador de 2-1 que refleja la dejadez con la que jugaron los pupilos de Del Bosque.
    • Cazorla y Cesc pusieron los goles en una primera parte que fue, de largo, más entretenida que la segunda. Guerrier se convirtió en el ídolo haitiano al anotar el gol de la honra.

Cumplió España con el papel de favorita ante Haití en Miami. La 'Roja' encaró el partido con la misma intensidad con la que unos cuantos amigos, bien entrados en años, afrontan su tradicional pachanga de los domingos. Los campeones del mundo se supieron superiores desde el principio, sentimiento que aumentó con los goles iniciales de Cazorla y Cesc. Guerrier metió el miedo en el cuerpo con su gol en la recta final, pero el sueño de los haitianos de rascar un empate se quedó en agua de borrajas.

Del partido en sí, pocas conclusiones se pueden sacar. Vicente Del Bosque apostó por Casillas como titular, aunque en la segunda parte también jugó Reina. Navas y Mata definieron el estilo del equipo en el primer tiempo, cuando España jugó mucho más verticalmente y presionó desde muy arriba. Ambos eran un continuo peligro para una defensa haitiana descolocada y fallona.

El primer gol no llegó de un error haitiano, sino de una gran acción española. Cazorla controló en zona de tres cuartos, se colocó y chutó con la izquierda. El balón entró raso, pegado al palo, imposible para Montrévil, portero rival. Donde sí hubo fallos en el conjunto centroamericano fue en el segundo tanto rojigualdo. Cesc robó un balón, se lo dio a Mata, que pudo levantar la cabeza en la frontal y se la devolvió al jugador del Barça por arriba que aprovechó el desorden de la zaga para picar el balón con la cabeza sobre el cancerbero.

Con una ventaja suficiente, España colgó el cartel de 'cerrado por vacaciones'. Cesc y Mata se desconectaron y, con ellos, un Jesús Navas que había hecho mucho daño por la banda. Haití, eso sí, no aceptó el nuevo ritmo y lo intentó con ataques rápidos y toscos que, sorprendentemente, acababan con remates peligrosos.

El descanso, que se alargó hasta los veinte minutos, añadió el grado de somnolencia que le faltaba al equipo para acabar de convencer a los pocos aficionados americanos que acudieron al estadio de que el fútbol es tan aburrido como se piensan. España puso el punto muerto y se dedicó a ver crecer el césped. Eso y a ver cómo corría el cronómetro. Las ocasiones sólo llegaron cuando Soldado salió desde el banco, en el lugar de un Torres ausente. El che, eso sí, no tuvo su día y envió dos balones al palo.

Antes, Guerrier se convirtió en héroe nacional en el pequeño país de Centroamérica al marcar. El central firmó la jugada de su vida: cogió el balón en el medio, se fue en velocidad de tres jugadores, se coló cual gacela entre la defensa española, tiró al suelo a Reina con un movimiento de cadera y marcó a puerta vacía. Fue la versión haitiana del gol de Maradona a Inglaterra en el Mundial de México.

El cuarto de hora restante, Haití buscó la machada, pero el empaté no llegó. España salió del coma para evitarlo. El triple silbido del árbitro dejó contentos a unos (por la victoria y la sensación de que se puede apretar más cuando se quiera) y a otros (por no recibir una goleada y haber marcado). El próximo desafío, a las dos de la madrugada en la noche del martes al miércoles ante Irlanda, un rival de más entidad.

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