España cae eliminada del Mundial ante una Chile que salió a morderle la estrella

    • Del Bosque armó un equipo con dos pivotes (Xabi y Busquets), dejó a Xavi en el banquillo, apostó por tres mediapuntas (Iniesta, Silva y Pedro) y no superó la presión de un rival intenso y físicamente superior
    • Los laterales (Jordi Alba y Azpilicueta) no tuvieron profundidad por las bandas, el recurso fue jugar en largo, también hubo individualismo y mucha ansiedad e imprecisiones
España - Chile, las mejores fotos del partido
España - Chile, las mejores fotos del partido
Ulises Sánchez Flor

Vaya por delante el agradecimiento a una selección que ha marcado una época, que ha enamorado a todo el mundo por su juego brillante y de fantasía, que ha creado escuela y con la que nos hemos emocionado. Pero no se puede vivir del pasado ni de los recuerdos. Cuando uno llega a la cima lo difícil es mantenerse y saber renovarse, en todos los sentidos, es la clave para prolongar el éxito. Nada es eterno y España ha sido eliminada del Mundial porque no ha sabido imponer su estilo ganador y encontrar soluciones. Los rivales ya le han perdido el respeto y le juegan con un afán de superación envidiable. Hablar de cambio de ciclo es pronto, no hay que tirar todo el trabajo a la basura, pero ahora, en caliente, la decepción es grande. Aún así, hay que estar orgullosos por todo lo que significa la selección española. El sueño de Brasil se ha acabado.

El juego de la selección española tocó fondo en Maracaná. No funcionó nada. Ni el tiki taka ni la furia. Del Bosque apostó por un doble pivote (Busquets y Xabi Alonso) por detrás de tres mediapuntas (Iniesta, Silva y Pedro) y Diego Costa arriba. Xavi, el corazón de este equipo campeón, se quedó en el banquillo. Parece que se le ha jubilado antes de tiempo cuando todavía ves a Pirlo, un veterano, mandanado en Italia e imponiendo su sabiduría. La distancia entre líneas fue grande y la ausencia del talento y la claridad de Xavi, más su experiencia, perjudicó la elaboración del juego. Si a eso le añadimos que los dos laterales (Jordi Alba y Azpilicueta) no tuvieron profundidad para romper por sus bandas el juego de la selección fue ramplón. Abusó del pelotazo largo porque no había manera de salir de la asfixiante presión de los chilenos.

En la primera parte le pudieron la ansiedad y los nervios a unos campeones del mundo que jugaron excitados, con la pierna floja y sin pausa. Los chilenos ahogaron a Busquets y Xabi arriba, les obligaron a jugar en largo y lanzar balones de forma precipitada e imprecisa. En el inicio del encuentro avisaron con un par de llegadas vertiginosas. Chile era un dolor de muelas para un combinado español que no sabe jugar a la heroica y sale perdiendo en el cuerpo a cuerpo. De ese agobio sacó beneficio el equipo de Sampaoli cuando presionó a Xabi y el obligó a retrasar el balón en un error que costó el primer gol. Fue en el minuto 19 y esa contra la aprovechó Vargas para batir a Casillas sin que Ramos tampoco pudiera subsanar el fallo. Fue un golpe duro que hundió más a los españoles, que generó más dudas e imprecisiones. Iniesta, Silba y Pedro hicieron la guerra por su cuenta en jugadas que no conducían a nada. Inofensivos. Como Diego Costa que no termina de encajar en un planteamiento que le obliga a jugar con espacios reducidos.

El segundo tanto de Chile fue la radiografía del principal mal de España. Alexis, en el minuto 42, lanzó una falta y Casillas la desvió al centro. El balón cayó a Aranguiz, que tranquilamente en el área, lo controló y remató con la puntera. Ningún jugador español reaccionó a ese rechace. Quedó patente la crisis de confianza que padece la campeona del mundo y la herida que produjo la goleada ante Holanda.

En la segunda parte mejoró la actitud de España. Del Bosque se la jugó metiendo a Koke y quitando a Xabi Alonso. Se lanzó al ataque y estuvo a punto de lograrlo. Sergio Busquets falló un remate claro con la portería vacía. Inexplicable. Quedaba más de media hora por delante y ese gol habría sido un empujón para intentar la remontada. España se decidió a recuperar el toque y sufrió menos, puso cerco al área de Claudio Bravo, pero Chile retrocedió y cerró espacios. Se amuralló y, con las prisas y las imprecisiones, no se finalizaban las jugadas. El segundo cambio, la solución de urgencia y el milagro, pasó por quitar a un inofensivo Costa para meter a Fernando Torres. El partido se puso cuesta arriba, faltó frescura y fe en la remontada. España bajó los brazos se dio por perdida.

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