Cero a cero al descanso ante una Lazio desmembrada por las lesiones y sin entrenador a corto plazo por la irrevocable salida de Edoardo Reja. Un equipo italiano puede estar herido pero asusta sólo por su pasaporte y, por ello, el Atlético de Madrid subió de marcha en el segundo tiempo. Un esfuerzo premiado de forma casi instantánea, porque Godín marcaba en el minuto 47 a centro de Gabi.
Desde los vestuarios, el equipo español caminó muy concentrado en las dos partes y en ambas los mejores minutos del Atlético se vieron de inicio. La ofensiva la comenzó Salvio, dos derechazos con mejor respuesta de Albano Bizarri en la portería romana, pero el argentino, en el tránsito desde la banda derecha al centro del campo, se diluyó. Llegó el turno de Adrián y Coke.
El asturiano asumió la tarea del nueve pero con su estilo dinámico, movible por las dos bandas, todo reflejado en un control mareante de espaldas a la portería con postrer disparo a las manos de Bizarri. Coke, por detrás, jugaba con descaro y eficiencia, luego llegó la pausa. Tras el arreón inicial llegó la calma, no había necesidad de arriesgar ni de herir aún más a una Lazio que venía de encajar cinco goles en Palermo.
Juanfran se paseó por su banda antes de recibir una muy merecida ovación de un Calderón medio lleno. Simeone permitió los aplausos al español y dio entrada a Arda Turan, cazado este fin de semana a altas horas de la madrugada en plena recuperación de un edema, y el turco tuvo en sus botas el segundo. Los trapos sucios quedan en casa. Otra cosa son las bengalas encendidas por los aficionados más radicales del Atlético antes del partido, incidencia para recibir la reprimenda y posterior multa de la UEFA.
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