Forlín, polivalencia y garra centenaria para el Espanyol

Cornellà de Llobregat (Barcelona), 13 abr.- El futbolista del Espanyol Juan Forlín ha cumplido esta noche ante el Valencia (3-3) su partido número cien en Primera división desde que debutó el pasado 12 de septiembre de 2009, ante el Real Madrid en Cornellá-El Prat, y ahora, cuatro años después, se ha convertido en una pieza clave.

El hispano-argentino ha sido un jugador decisivo para el equipo desde el principio. En su primera temporada, la 09-10, disputó 24 encuentros de Liga. En la 10-11, 21, y el curso pasado se vistió de corto en 28 ocasiones. En la presente campaña, pese al cambio de entrenador en el banquillo, sigue siendo un fijo en el once.

Forlín creció hace los 25 años en Buenos Aires -obtuvo la nacionalidad española en enero del 2012, casado con una española por el propio Alcalde de Barcelona- y se formó en Boca Juniors. Aterrizó en Europa como central tras el pago de unos cuatro millones de euros por el 70 por ciento de los derechos del futbolista.

Su rendimiento en el eje de la defensa era positivo, pero el cuerpo técnico apostó por el jugador como mediocentro de contención. Ahora es un futbolista fijo en el doble pivote. Lo era con el ex-entrenador Mauricio Pochettino y lo sigue siendo con el actual preparador blanquiazul, el mexicano Javier Aguirre.

Ya sea en el doble pivote o como central, Juan Forlín se ha caracterizado siempre por su fútbol contundente y tajante. Es habitual verle con alguna amarilla. Su disciplina táctica ha aumentado tras fichar por el Espanyol, hasta pulir su intensidad con rigor posicional y seguridad en el marcaje individual.

A medida que su peso en el campo crecía, también lo hacía su importancia dentro del vestuario blanquiazul: el pasado julio, en pretemporada, Forlín era elegido por sus compañeros como el cuarto capitán, por detrás de Cristian Álvarez, Verdú y Sergio García. Pese a su juventud, ya es uno de los más veteranos del equipo.

En sus comparecencias públicas, el hispano-argentino siempre muestra una sonrisa y un discurso positivo, coherente y sin complicaciones. Cuesta encontrar una rueda de prensa con Forlín con semblante serio, sin reír o saludar efusivamente a medios y aficionados. Está encantado en el equipo y en Barcelona.

El futbolista, por otra parte, acaba contrato en 2014, pero no tiene reparos en afirmar que desea seguir en el Espanyol muchos años más. La Dirección Deportiva blanquiazul, por su parte, tiene ahora otras prioridades pero mantendrá contactos con su representante para perfilar su futuro. EFE.