Los pupilos de Francis Smerecki remontaron un partido que se les puso en contra nada más comenzar, ya que Ademi marcó un tanto de cabeza a los cuatro minutos. Los franceses no se vinieron abajo y consiguieron marcharse al túnel de vestuarios con tablas en el marcador, gracias a Kakuta.
El jugador del Chelsea aprovechó un error de la defensa rival para introducir el balón en las mallas del conjunto ajedrezado. En la segunda parte, la selección anfitriona se hizo con el control del partido, mientras que los balcánicos intentaban algún contraataque.
Finalmente el marcador hizo justicia al juego galo, y Bakambu puso el decisivo 2-1, después de una gran jugada de Coquelin, cuando apenas faltaban siete minutos para el pitido final.
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